88.
Valéry vivió, durante los últimos siete años de su vida, una relación
amorosa intensa, loca para su tiempo, diferente aun para este siglo. Enamorado
hasta las vísperas de su muerte, cuando fue abandonado por Jeanne Loviton
–alias Jean Voilier–, novelista treinta años menor que él, y con una ajetreada
vida sentimental anterior. Ella lo abandonó para casarse con el editor Robert
Denoël, acusado de colaboracionista y
más tarde asesinado.
Valéry murió dos meses después de la separación, colmado de ternura,
poesía y desgarro por esa historia secreta. Tras su muerte se encontraron los
ciento cincuenta poemas de amor, ya corregidos por el poeta, que no hace mucho
integraron parcialmente Corona y
coronilla. Asomarse a ellos supone reafirmar que la poesía siempre será un
acto de amor, y que la pasión encuentra el sitio más adecuado en el poema,
porque siempre seduce contagiando.
Un
amor que alcanza su cenit:
rosa
húmeda a la espera de una caricia errante
por
sus bordes de cáliz donde la carne es flor…
… Lo
que será, pronto ya no será:
mañana
está muriendo en este mismo día:
detrás
de mí, que perderé lo que amo…
porque siempre, y aún hoy:
… La
vida es rica en falsa pedrería …
(c) Caros Enrique Cartolano. "Scherzo", 2021
Ilustración: Loco por tí (c)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario