CONTENIDO DEL BLOG


17 de abril de 2022

Valéry vivió...


88.

  Valéry vivió, durante los últimos siete años de su vida, una relación amorosa intensa, loca para su tiempo, diferente aun para este siglo. Enamorado hasta las vísperas de su muerte, cuando fue abandonado por Jeanne Loviton –alias Jean Voilier–, novelista treinta años menor que él, y con una ajetreada vida sentimental anterior. Ella lo abandonó para casarse con el editor Robert Denoël, acusado de colaboracionista y más tarde asesinado.

  Valéry murió dos meses después de la separación, colmado de ternura, poesía y desgarro por esa historia secreta. Tras su muerte se encontraron los ciento cincuenta poemas de amor, ya corregidos por el poeta, que no hace mucho integraron parcialmente Corona y coronilla. Asomarse a ellos supone reafirmar que la poesía siempre será un acto de amor, y que la pasión encuentra el sitio más adecuado en el poema, porque siempre seduce contagiando.

  Un amor que alcanza su cenit:

 … Oh rosa de placer, cuyo placer es llanto,

rosa húmeda a la espera de una caricia errante

por sus bordes de cáliz donde la carne es flor…

 pero que acaba en desgarro:

… Lo que será, pronto ya no será:

mañana está muriendo en este mismo día:

detrás de mí, que perderé lo que amo…

porque siempre, y aún hoy:

… La vida es rica en falsa pedrería …

 Anoto estos dos últimos textos; la propia experiencia apoya con fuerza una piedrita en el pecho, y oprime. Lo dije antes y Valéry acuerda: la vida es rica en falsas pedrerías, como es rico el deseo –agrego–, al que no puedo tildar de errado ni de falso. Finalmente, todo amor se pierde, mientras la memoria se afana en devolverlo al genuino ardor, una y otra vez.

(c) Caros Enrique Cartolano. "Scherzo", 2021

Ilustración: Loco por tí (c)


No hay comentarios.: