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25 de junio de 2019

La atrofia en ...




  La atrofia en la mirada sigue lógicas de troya –esa contienda desata humanidades cada día-. Ver en otro muralla inexpugnable y a espaldas sólo a cambio de victorias el retorno. Saberse la verdad sólo en los bordes, esos que contagian y acercan oponentes, aunque temer reflejo en ojo ajeno, huir de sí, diferenciarse.

Existencia de contrarios.
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: 123rf (c)

En Grytviken ...




  En Grytviken se capturó el mayor cetáceo jamás medido: una ballena azul de treinta y cuatro metros de longitud. Y allí se decretó su fin, junto a la del noventa por ciento de la población mundial de ballenas. Mirar muerte ajena para confirmar propia supervivencia es adicción de humano.

Cien años hace, y prosigue.


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Pafeltet (c)

Sin olvidar ...



  Sin olvidar de que a isla San Pedro –un Himalaya del sur-, van a morir todos los témpanos de hielo antártico. Sólo hay que verlos llegar y disolverse, tal como en cada cual la existencia.

Destino del hielo.
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Somos Oboj (c)

Allí mismo...




  Allí mismo, se puede dar la vida a cambio de cuatro pimpollos de la Georgia Rostkovia Magellánica. La gloria al término consiste en ordenar secuencia de miradas.

Georgia Rostkovia.


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Georgia Rostkovia Magellánica

Mirar a Georgia ...




  Mirar a Georgia del Sur, y en sus playas descubrir tres millones de pingüinos en temporada de alto amor. Hasta doscientas mil parejas buscan a sus polluelos en la multitud. Y al unísono graznan en infinitas tonalidades. Supongo que entre risas se burlan de las nuevas pretensiones coloniales del banquero occidental.

Juanitos y reyes en la playa.
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Georgias

Sé que la distancia...



  Sé que la distancia abruma. Aunque por devolver franqueza a la mirada y visión a la esencia, habré de volver al qué, cuándo y cómo de la infancia. La belleza compone recortes de aquel tiempo de olvidos, donde todo está lejos.

Belleza en la retina.

(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: María Magdalena Oosthuizen (c)

22 de junio de 2019

Como la mirada...



  Como la mirada ha de ser franca o no es mirada, condenada al espionaje y sujeta a recato en el amor, la humanidad creó el celaje y se entregó a la guerra. Desde entonces y hasta hoy, ventanas afuera sólo transcurren armadas y ejércitos, bosques de lanzas, Uccello y su crepúsculo con caballos. Venimos ahora a rescatar la mirada para el hombre. Acaso sea tarde.

Toda ventana es Uccello. Punto de color


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Paolo Uccello

La mirada ocurre...




  La mirada ocurre a medida de ventanas y primicias. El olimpo formuló la necesidad de mirar de marcos afuera. Tal, el destino del hombre y sus ojos. Después, el cristianismo impuso mirar de cristales a interior sujetando al mortal con cadenas de imitación y brevedad.

Visiones tres.


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Neciklopedio (c)

Me desvela ...





  Me desvela el conteo de vértebras al guepardo. Pero sólo las de su cola, el arco gamado ámbar negro que le sucede en equilibrio a la carrera. Cuántas vértebras habrá supuesto el primer dibujo del demonio, con cola feroz por ser animal. Sería aquel de Hieronymus Bosch, o quizás diablos que dibujaron los monjes copistas en pergaminos, santiguándose cien veces antes de quedar conformes.
  Resultan de la cuenta veintiuna vértebras en cola del felino, y veinticuatro en humano maduro que no tiene cola, aunque yo y todo hombre o mujer seamos a la vez hijos de ángel y demonio. En pleno siglo veintiuno cargamos el vestigio de la cola, y la medicina documenta cien casos de colas crecidas hasta unos veinte centímetros. Constan sólo de tejido conectivo; carecen de vértebras.
  Pese a la opción de nuestros antiguos, no somos sino animales mutantes en franca extinción. De demonios, nada.

Visiones dos


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Monster Brians (c)

Se detienen...



  Se detienen el tiempo, la corriente a la vez, cuando la estética se inmola y renace en solo un abrir y cerrar de ojos. Hay miradas que fundan la realidad a medida de una existencia individual, fieles a la representación artística. Pero no se repiten con frecuencia, como cuando la vecina frente a mi ventana se desviste olvidando recato y transparencias del cristal. El tiempo y la corriente, que en realidad son la misma cosa, se restablecerán poco después, cuando la vista resigne protagonismo y se reduzca a punto en la memoria.
  Quién sabe si otra vez dejará la persiana en alto, vuelva a mí su seducción a punto de rocío. Porque como dice Jorie Graham en Ámbar gris: Cosa que huye con tanta constancia ha ser deseable. La contemplación intenta fijar periodicidad a visiones placenteras; pero furias de la corriente y fragilidades del tiempo no acompañan.
 Visiones

(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustraciónes: La vecina de enfrente Irina Shayk


15 de junio de 2019

Caras Ionut ...




  Caras Ionut trae su anteojo, un nuevo orificio por donde mirar la realidad, un dique en la corriente de imaginación, un nuevo brazo para desviar tiempo y territorio. Mutancia del labriego y revolucionario de lo posible.

Caras Ionut.
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Caras Ionut (c)

Cuando la corriente ...




  Cuando la corriente penetra el arenal nace la representación. La tinta y el silencio compiten en la batalla con curso y desagüe. Balcones que ingresan al mutismo y vociferadores, saltos de página, fisuras de la realidad, breves hilos de agua entre letras, liquidez en afluentes que atan o alejan palabras. El único intento válido por sujetar el tiempo ha sido el arte. Todo el blanco a su servicio, el riego de ojo y corajes sobre el surco, la inteligencia del lector, y propiedades de un idioma.

Escribo para detener el tiempo.


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Arte Maya

Las visiones ...




  Las visiones colectivas generan imágenes de moda; el fogonazo de un cortocircuito –causado por error, algo aberrante, o hasta un revolucionario- logra que se mire en antípodas y lo opuesto resulte imaginable.

Corrientes inversas.
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Revista de Arte (c)

La imagen eslabona...




  La imagen eslabona y multiplica; luego, perfecciona la realidad. El resultado de la mirada artística es color que nace del torbellino, para ocupar mente, corazón y brazos.

Armar la pertenencia


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Tierra Baldía (c)

La imagen y la emoción ...



  La imagen y la emoción que desencadena y contagia, ya estaban prefiguradas por la existencia. Sólo esperaban la mirada.


Ciclo vital
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Francesca Woodman (c)

Sujetarse ...



  Sujetarse en la brevedad de una línea o verso, mamar polisemia en la palabra. Ambas experiencias conllevan conocimiento de labriego. El poder sólo libera cuando conquista patria y tiempo individuales; tal como la paciencia del agua, y un pájaro de regreso.

Lao Tse.

(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Aída Ramírez (c) 

8 de junio de 2019

Al mirar ...




  Al mirar prestamos los ojos a un ars.  Porque la mirada refleja la necesidad estética. Al contemplar, mientras desmalezamos el jardín, comprometemos los ojos en el dictum de la evolución. Porque nos debemos  a la experiencia y respetamos el recuerdo. La memoria es nuestra carcelera, serpiente guardiana de ética y simiente.

Experiencia del TAO
Tras una lectura de Alejandra Leticia Taylor


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Aprendemos todos (c)

Son de diversa naturaleza ...




 Son de diversa naturaleza mirada y contempla-ción. La mirada decreta; quien contempla comprende. El que mira se maravilla, porque admira.  Al que contempla no lo conforman brisas sobre los párpados, ni brillos del sol en la retina; él se debe al augurio, y por eso habita el templo.

Maravillas y augurios
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: El español (c)

Pero la imagen desarma ...




  Pero la imagen desarma cuando ordena. Es armisticio que desde Heráclito reclaman naturalezas del hombre.
Desarmar mundos


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: El mundo es (c)

La imagen eslabona ...





  La imagen eslabona y multiplica; luego, perfecciona la realidad. El resultado de la mirada artística es color que nace del torbellino, para ocupar mente, corazón y brazos.

Armar la pertenencia
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Cem Edisboy Lu (c)

La imagen y la emociòn ...




  La imagen y la emoción que desencadena y contagia, ya estaban prefiguradas por la existencia. Sólo esperaban la mirada.

Ciclo vital
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración:  Lem Edisboylu (c)

El cuerpo es




  El cuerpo es punto de vista. Torre del privilegio, hoja de ruta y conocimiento. Se mira más allá de lo orgánico, según tiempo y oportunidad, conforme lo que sucede en torno al propio universo. Lo natural del cuerpo no es su peso sino la capacidad de sobrevuelo y vista. Desde una panorámica se alza el texto.

Punto de vista
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Ricardo Mannelli (c)

Las moscas...




  Las moscas pequeñas, estas inmortales que rondan la basura. Están porque las veo y resisten al insecticida porque su aerosol es ciego. Hay un confín de la existencia donde compiten memoria e intención; la mirada rasga velos de la sorpresa y ajusta cuerpos a la representación artística.

Pesa la voluntad
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Magnus Muhr (c)


La imagen va ...




  La imagen va siempre muy lejos: donde hay más que noche impredecible, pies negros sin áfrica, gatos pardos, cartas blancas, damas de oro y otras pedrerías de klimt, verdades descarnadas, pieles rojas, vellos indebidos, palabras fuera de contexto, adivinanzas de la transparencia, asesinatos y risas crueles. Ella deja atrás a su previa, la mirada. Porque la imagen es libertaria, espacio de creación que despuntó el ojo.

Parto III
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Karl Bang (c)

3 de junio de 2019

En vivats ...




  En vivats del poema abunda el dicho y escasean las palabras. La justeza en el idioma permite orientar velas a favor del viento, liberar en cada cual su prometeo y prolongar la llama. La lengua domestica una imagen, hace de ella incubadora, madre multípara.

Parto II


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Rodrigo Arenas Betancur (c)

Breve es la vida ...




  Breve es la vida de una imagen; sobrevive lo que dura la descarga eléctrica de parición. Si no logra trepar la cadena de emociones que explica el mundo, se funde ciega en montoncitos de cera.  Por eso conviene anotar; algo de la imagen subsiste siempre en la palabra, aunque esta resulte apresurada.

Apunte y resguardo


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Fueguinos Primitivos ...


Tras cada mirada ...




  Tras cada mirada, una imagen alza en paralelo su espectro sensorial. Por un lapso la recién nacida sabe todo, a imagen y semejanza de su propietario hereda al dios griego: profetiza, define, enseña al resto qué y cómo preguntar.
  Después, por la senda del río original, alcanza el océano del idioma y planta isla en el poema.

Parto I
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Zeus ...

Sobrevive el error ...




  En el ombligo de la existencia sobrevive el error. Tanto como creo cumplido pesa en los pendientes. La comunicación es tarea ardua e interminable; lo que yo crea difiere en absoluto de la imaginación ajena. Cuando alcance a encender el quinto fuego, los cuatro precedentes se habrán apagado. Por lo general, sólo me conforma el orgasmo del final. A partir de allí, el azar vuelve a regir.

El azar otra vez


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Wsimag (c)