77.
Esto, que consideré sagrado, ofrezco a quienes calcen mi huella en los
senderos. A los que se detuvieron por delante a descansar, y a los otros que
corren detrás. Hijas de la intimidad, vírgenes niñas que caminan en la noche
desnudas de silencio; ellas vencen estrépitos de la jauría, rescatan la carne
de caninos y de olvido. Ellas, las palabras descubiertas que compusieron el
poema.
Ellas que son mi nombre, y las que todos nombran. Espigas donde madura
el grano.
¡Ah, sí! Son mis
consortes, las favoritas al sol, junto al estanque. Las que farfullan nombres
en el harem, las que siempre engañan a la jauría y por eso me rescatan.
(c) Carlos Enrique Cartolano. "Scherzo", 2021
Ilustración: Spencer Tunick (c)
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