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29 de agosto de 2019

Me engañan balcones ...



  Me engañan balcones de la edad. No mis palabras, que son pobres arañitas en invierno, no la mirada prodigiosa cuando atraviesa muro y  temporal; tampoco la oportunidad de mi nombre. Ni siquiera haber sabido de vos, amistades comunes, aquel movimiento de labios que dijo una vez obediente mi lengua. Es el idioma y en él tu descenso, conscientes ambos de que el fondo está abajo, y la inmersión cabe solo a tu consciente delirio de belleza.
Alejandra II


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Manuel Álvarez Bravo (c)

La sospecha ...




 La sospecha armó el anzuelo y el amor boqueó cubriéndose de escamas. La mirada tras la muerte, profetiza en cada espejo.
Sin hilo


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: 588 KU (c)

Por defenderte ...




  Para defenderte la risa, para atacar tu sollozo, cuanto creaste: negado. Digo desprecio propietario, gozo de inalcanzables, justicias del paraíso. Digo árboles de ceniza y testimonios del fuego.
Vacancias


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilñustración: Adolfo Vásquez Rocca (c)

Los cristales del azúcar ...




  Los cristales del azúcar molido, un tiempo saqueado por amor, sabores y saberes del otro, esperas a orillas del torrente, cada roce ardido en leños del recuerdo, aquella palabra justa y única por eso, latires al compás de los latidos, el más claro deseo y el propio encuentro en otros ojos, la muda de ropa si recuerda el cuerpo, una sombra, aquella carta, también la respuesta a esa carta y la carta que aún se espera, fugacidad en cada despedida, el nombre, ese mismo nombre en el lomo de los libros, una voz ocupante de aire-espacio, iluminaciones al despertar y bajo el agua, los parecidos que no son copias, y las copias porque imitan, todo lo que estuvo en esas manos y ahora es reconocido, repetidas líneas en los mensajes, los temas de conversación, los que se contestan y los que no se contestan, los olvidos sin nombre ni horario, otra sombra, pájaros y lunas en tránsito, el cuerpo, los cuerpos, el otro, el volumen del otro, estallidos, la espuma sobre el roquerío, hielos y hervores, los besos por fin.
  Los besos. Un último sol y el hoyo en la arena. La píldora y toda píldora. Huellas. Humores. Todo compartimos señora, todo menos la ausencia; absolutamente todo, menos una falta que selló la muerte.

Alejandra I


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración. Aarón Griffin (c)

Mamoria: casquillo ...




  Memoria: casquillo que completa la esfera. Aguja que cierra capilares. Discurso en la cara oculta del imperio. Voz que revela la palabra. Cuando un recuerdo ilumina su mejor imagen. O estalla el ritmo a través del decurso. Hombre: vigencia del pie o letargo en su historia.

Avulsiones de domingo
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Rusty Magenta (c)

Pienso en herencias ...




  Pienso en herencias. Único sueño para mi carne. Aunque fugaz, es próximo a temblores y deslumbramiento.
Filmaciones: Marco

(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Eduardo Stupia Studio (c)

No solo las manos...




  No solo las manos: prolongación del ojo. La palabra penetra y desagota también cuando el hijo, el ambiente y su profundidad. Es la memoria, justicia y muerte del tiempo. Verano de la piel, o impiedad del aire.
  El deterioro es veloz, condensa el transcurrido en piel y músculo, en lengua y habla. El corazón tiende débiles entretelas, meninges de papel, tintas para el seso.

Filmaciones
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Laureano (c)

Lo veo cuando ...




  Lo veo cuando brota, quiebra el alambrado y funda su libertad. De mi boca sale. En realidad de toda boca a la vez, sobre ráfagas oceánicas y en vertientes del deshielo. Él desova y suma legiones a su estirpe.
Multiplicación


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Grues du Japon (c)

21 de agosto de 2019

El poema habla lenguas ...




  El poema habla lenguas. Abre puertas de babel, y es torre visible desde cuatro esquinas del planeta.

Babel: tras un primer eslabón


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Minoru Nomata (c)

Allí por dentro ...




Allí por dentro, al calor de las fuentes siempre es el crepúsculo, la invención del color, un semillero de miradas a donar.
Semen: el salvoconducto
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Leonor Fini (c)

Porque a la carne ...



  Porque a la carne solo resta su ser perforada, un-a-través: este aluvión de sueño por palabras. Llega una edad en que el cuerpo pesa, y entonces vuelve el niño con llanto y carcajada.
Puerperio


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Metacarne (c)

Será de noche ...




  Será de noche, al descorrer celajes de incons-ciencia, que atraviese mis fronteras. Cuando sean alas mis ojos, vuelquen su contenido, todo cuanto no sabe del tiempo, porque maduró en el trayecto y habrá de fermentar hasta transigir horizontes. Me resisto al punto suspensivo –idea que debo a Fabián Iriarte–, porque en realidad no existe ni solo ni acompañado por otros dos: esta patria del progreso interior me parece infinita, desde que hubo adán bisexual y habrá superhombre de idéntica condición. Yo y cada cual transportamos esta yunta, nuestra babel y su biblioteca.
Cruzar la frontera


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Guillermo Gerdel (c)

Al siguiente minuto ...




  Al siguiente minuto, cuando el cauce estrecha y es justicia, la memoria alza ídolos del transcurrido. Nada se le parece ahora; la corriente es sumisión aunque contento. Lo llamo libertad: a uno y otro lado todo marcha inédito.
Libertad de faber a memoria


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Arte Minoico


Al disolver ...




  Al disolver, si goteo, me vuelvo líquido, aunque no gratuito. Me persiguen el idioma, sus leyes, la belleza y gozar con ella. No se trata de dineros, no es oro la línea, ni deslumbra el metal; en cada palabra la realidad cobra precio.
Mercado literario


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Lengua y Literatura (c)

Abajo espera ...




  Abajo espera mi amigo y cae una helada. Lo que digo cobra estado sólido, es un glaciar que corta, me alcanza ensangrentado desde que Patroclo se ofrendó en batalla.  Esto es hielo, pero lo que mucho antes y aquí mismo se dijo, es arroyo dulce. Canta, pero yo no; ni siquiera silabeo. Digo prosa cautiva entre taludes, márgenes compensados. Abajo espera mi amigo y cae una helada. Mi cuerpo traga palabras, se congela.
Palabras al encuentro


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: HD Fondos (c)

Bastaron ...


  Bastaron a Leonardo de Pisa setenta y cinco años para tomarle el pulso a la naturaleza. Al otro Leonardo bastante menos –sesenta y siete, fuera o no inspirado por los descubrimientos chinos–. Como no se discuten la secuencia Fn y tampoco la razón áurea, diré ahora que el poema es de la naturaleza más profunda, y por eso, extrañamente hueste del número.

Poema natural

(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustrración: Salvador Dalí (c)

14 de agosto de 2019

La mayor parte ...




  La mayor parte de mi vida desconfié de la matemática, sin acordar conmigo mismo si debía referirla como singular o plural. Vine pensando, con enormes ignorancia y egoísmo, que esta disciplina se oponía al ritmo espiritual, a la letra, y al lenguaje lírico. ¡Qué chasco! Ahora me entero:  mucho antes de que Fibonacci –Leonardo de Pisa– escribiera su tratado, la secuencia Fn era estudiada en las escuelas de la India, porque tanto Gopala –1135– como Hemachandra –1150–, se interesaban desde mucho tiempo atrás en los patrones rítmicos aplicados al lenguaje. Y quizás haya pocas cosas más próximas a la elegancia del verso que el nautilus, o aun las espontáneas floraciones de alcachofa y girasol, o ¡no olvidármelas!: las piñas de coníferas. En la naturale-za toda y en el cuerpo –razón áurea– rige el número, que fue dios de mayas.
El número



(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Nautilus

Casi todos esperan ...




 Casi todos esperan del otro lo que necesitan, no necesariamente lo mejor que puedan darle. Y aborrecen de sus pares, lo que en ellos mismos condenan. Mueren por la boca; por eso, como a peces intento pescarlos para su mejor interpre-tación. Después de siete años, recupero el protagonismo de la ducha muy caliente antes de escribir. Y tras la depuración, retorno al balance de sumas y saldos.

Celos, incomprensión y vacíos:
que de eso se trata en mayor parte


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Giovanni Bellini (c)

Como recoger...




  Como recoger frutos mientras prosigue la labranza. Como insistir en ceñir un hábito sobre piel húmeda todavía. La experiencia de arropar lenguaje; el balance de fidelidades, en cuantías de lengua y pretensiones. Solo tengo un amor y tres amigos.  Respetos y afinidades, no más de diez. Y razono: es bastante. Ellos: esta que amo, quienes son fieles a mi devoción, aquellos merecedores de respeto y por los que experimento afinidad; todos ellos afirman mi balance.
Balance al amanecer



(c) Carlos Enrique Cartolano.. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Vinyesson alegre (c)

Cuando cese...




  Cuando cese el murmullo en derredor, digo: cuando esté bien muerto, uno o tal vez dos de mis poemas, se encenderán para los otros. Y diré entonces: por esto fue que estuve vivo.

Cuando esté bien muerto

(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Ars Gravis (c)

Él se sentó conmigo...




  Él se sentó conmigo; creyó que compartir el tiempo de la cena era su mejor oportunidad.  Y era mucho más alto que yo. En tanto, los enanos del entorno se atajaron la burla con caretas rígidas, incapaces de pronunciar palabra.

Ponen las cabezas a salvo


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Biosfera (c)

Quienes temen a...




  Quienes temen a Virginia Woolf, entonces también me temen. Mientras la gota horada una piedra, hay árboles que agigantan y endurecen su fibra por parecerse al mármol. Nuestra magnitud del tiempo es diferente a la del agua y la madera. Diré: casi miserable. Este río que nos atraviesa pasó por Troya; y hay tantos que dicen profetizar. Me sacudo la lengua, la ropa y el sombrero, cada vez que los menciono.
Desde la escasa luz


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Los dioses

Ya ves



  Ya ves: si a vos también te pasa no es cuestión del tiempo propio. Del que llevamos nacidos, digo. Sino del tiempo de todos. Nos despertamos muy temprano, madrugamos al dios de fuego –ahora lejos por demás– porque nos quita del sueño la sensación de que algo falta, por hacer, por escribir, como enderezar, para contradecir a la realidad de escaseces, derrapes y censuras. Que habrá tiempo después, cuando sea la media mañana, la hoguera del sol comience a calentar otro poquito, y podamos retomar el sueño. Aunque jamás nos ponemos al día… Por una mañana de descamarnos a las ocho, habrá seis de levantarnos entre cinco y seis con tapia en las ventanas.

Desde la oscuridad


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Camino al despertar (c)

8 de agosto de 2019

Dos poetas dialogan sobre el amor


Mañana, 9 de agosto 2019, a las 18,30 en Café Cultural Borges, de Gral Roca 4037, Mar del Plata.

SERGIO A GIULIODIBARI y DARDO FESTINO dialogan sobre el amor en la obra poética.

Los esperamos. Presentan Fabio Herrera y Carlos Enrique Cartolano. Musicaliza Franco Barberón.

Desde el más mínimo orificio...





  Desde el más mínimo orificio, un filo de luz, la hendija, hurga en cenizas y descree de certezas. Ella, la mirada, hembra de lince, y desnuda.

Lugar y destino del ojo
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Vadim Stein (c)

Entonces diré ...




  Entonces diré solo esto que sobrenada. Cuanto gira en vuelo alrededor y no muere. Lo que no se mezcla en detritos, y alza su brillo. La mirada que renace limpia otra vez, capaz de catalogar y alimentarme solo con lo necesario.

Regreso del sueño, a la mirada
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Gato Pistola (c)

Quisiera deslindar ...




  Quisiera deslindar estos fragmentos que sobrevi-ven a mi lectura conforme la unidad: en palabras, líneas o versos, poemas o páginas. Tal vez en exclamaciones o rituales de amor; cada entidad resultante es pascua de interiores hacia población de entornos y contornos. Señal y entrega del hado que me habita.
  Entonces abrir las pajareras: con sonidos el coro de voces, la suma de albricias, el cuerpo a la danza, gritos de quienes divisan término a la travesía, las exclamaciones y un tañido de campanas a cada segundo más próximo. Entre uno y otro nacimiento, las manos se agitan hasta tocarse, el corazón se bate a nado, la mente dicta un orden. Desde el alto la rebeldía observa, abraza su mirada, enciende hogueras.

A bordo de comentario y crítica –la relectura–


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Gato Pistola (c)

Tango del viudo ...




  Tango del viudo: levanté Versailles en torno a quien fue solo una piedra en mitad del charco. Esa que me sostuvo y evitó la mojadura, después fue arena en la corriente. Acaso no he visto sino cuanto necesité. El maestro dixit.

Juan José Saer V
O la infinita búsqueda de la forma
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Howayda Salem (c)

Mi septuagenario ...




  Mi septuagenario descree de certezas, sigue aventurando satoris, confirma actualidad a la belleza. Ya no arroja poemas al fuego, aunque escasamente o nada le conformen. Pero cuántas viudeces, me pregunta, y cuántas fogatas. Solo le resta comprobar la muerte.

Juan José Saer IV
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Beltrane Fire Festival (c)

A flote con dificultad ...




  A flote con dificultad, tal mi presente del indicativo. Me asomo al fin de esa larga noche del deseo y la posesión, según define el maestro, cada vez que comienzo a orinar. Esta transparencia en el tiempo y su gente, todo lo que me rodea hoy digo, es lo que me permite escribir. Aunque haya dejado de fumar hace tiempo, y no me deslumbre la lenta explosión de los durazneros. Antes eran leños de pasión, fricción en las miradas, insatisfacción y rebeldía, cuanto alimen-taba el fuego. Ahora –si es que resta flama, son líneas, breves versos que intentan atarme al universo.

Juan José Saer III
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: El Salvador (c)

Siempre hay otra...




  Siempre hay otra voz. Su vista y la propia sobre la especie en mismo portaobjeto. La imagen es irreme-diablemente diferente, según se la obtenga de una u otra margen. Infinitos films para solo un personaje; sinnúmero de secuencias, aunque siempre el mismo río.
Secuencia de lecturas


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Irene Hardwicke Olivieri (c)

Uno, dos ...




  Uno, dos, cuatro, nueve, veinte pajareras. Podría disponer cientos. Pero no resta en mí afán de orden ni menos la clasificación. ¿Qué orden? Apostamos al caos para remediar la herencia, dijeron y repiten. Pretendo la guarda, un punto de vista, tender la mirada como ropa de cama, la mejor imagen. En síntesis: la traducción, como superación de soledades y melancolías. ¿Para qué clasificar si no hay regencia posible? Ir al encuentro de la fealdad entonces, o de la belleza, porque da lo mismo. Los pájaros azules –si los hay se verán mejor junto a los blancos. Y los pardos, estos que alardean y clavan zarpas del final, son los del más hermoso horror. Aún hay oportunidad de pájaros negros, capaces de recortar la noche. Pajareras para traducir.

Fogwill II


(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Irene Hardwicke Olivieri (c)

3 de agosto de 2019

Es fácil ...



  Es fácil encontrar en la plástica moldes para mi voz; ya no tanto en las lecturas. Tal el mito de distancia, y cautela al escribir. La plenitud me alcanza a la hora de seleccionar ilustraciones. La mirada prioriza formas y color.


Forma y color

(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Graphic Design (c)

Porque es imposible...




  Porque es imposible saciar ciertos apetitos; lo malo en ellos es que repiten y con cada nacimiento pretenden originalidad. No hay boca para ellos, ni es gástrica la satisfacción. Ellos: ríos y vertientes de crítica confluencia; párpados atrás, de encarnado y ocre. Leer, leerse.
Hermético, dicen
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Karel Balcar (c)

Sinnúmero de páginas...




  Sinnúmero en páginas o libro de arena. El pulso en el período, midiendo extremos. Sentar conformidad y echar culpas, porque todo queda en uno –en mí–: saga de la voz es historia y naturaleza. Y un denuedo en la expresión, eso que llaman forma y sólo ajusta al nacer.


Me repito en pueblos blancos
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018

Ilustración: Estefanía Ortega (c)

El mito de la distancia...




  El mito de la distancia; he aquí lo literario. El abrir y cerrar de ojos. La frontera sensorial. Cambios que abisman. Engaños de la melancolía; los viajes sin retorno. También es mítica la proximidad. Sólo erupciona en torno al amor perdido; sin otro discurso. Ser en lo escrito, fuera de sí.
Fogwill I

(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018



Ilustración:  René Magritte (c)