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31 de marzo de 2012

Quintetos del destiempo





Mi vida fue prevista en tiempo insuficiente
No entro en él mis carnes van por más.
En el largometraje del latido y de mis voces
No entran poemas y amores esteparios. Ni
Colgado viajaría tanto volumen releído.

No entro en calendarios no mi desobediencia
Mi protesta la ecuménica mirada: ella focaliza
Ideología en el paisaje ella suelta silbidos
Anarquistas sabotea paradas militares porque
Son de larga duración copas y canto. Lato

Obligado por las doce campanadas rebelde
A los crepúsculos medroso en largas noches
De invierno celebrando amaneceres visitas
De la luna en las mañanas. No entro sobro
En cada día redundo en confesión de años.

(c) Carlos Enrique Cartolano. De Negro de hueso, 2012

Ilustración: Salvador Dalí

 

30 de marzo de 2012

Quintetos del racimo de uvas II





También puede verse en este racimo de uvas
Un ramo de esperanzas soñadas: manos dulces
Ojos sanos cuerpos en alto muy verdes labios
La verdad en círculos que levanta amaneceres
Blancos. El amor madura uva en mis viñedos.

Cuando entrego confieso cuando revelo grito
Las palabras sin tregua avanzan nos empujan
¿Dónde está la realidad? ¿En ellas o en el racimo
De uvas moradas destiñendo sangre y recuerdos?
Sólo escribiré. Tatuaré en mi historia un nombre.

© Carlos Enrique Cartolano. De Negro de hueso, 2012

Ilustración: Murillo

Quintetos del racimo de uvas I




Las fechas para recordar son simples granos
En un racimo de uvas transcurren del plato
A nuestras vidas grajeas del tiempo episodios
De rebeldía en la memoria. Lo que quiere
Olvidarse también celebra su dolor con saña:

Un mes hizo que el mar desposó a mi amigo
Harán cuatro meses que vivo solo en esta casa
O en pocos días cumpliré dos semanas del
Paso de mi orgullo a esta agonía. ¿Cumpleaños?
¡Ah! Mejor no sorber amargura en caramelos

Que ruedan en los que ya no están en otros
Distantes o en protagonistas de tamaño olvido
Como cabe en un racimo de uvas. Un día hará
Mañana de que escribí este poema y entonces
Faltará otro para fijar en tus ojos mi memoria.

© Carlos Enrique Cartolano, De Negro de hueso, 2012 

Ilusración: Maruja Ramallo
 

Quintetos del adiós




Una sobre otra casi como voces las palabras
Escritas casi humanas y expresivas pero no
No me bastan. Y a nadie deberían alcanzarle:
La mente es un cancerbero la lengua es libre
El puño confiesa temores la boca urgencias.

Recostado sobre la pantalla intenté cubrir la
Palabra fatal la que no se llama ni nombre
Tiene esa que separa: la de miedos y pestes.
Pero una migración de pájaros rumbo norte
Espantó voces palabras libertad y temores.

© Carlos Enrique Cartolano. De Negro de hueso, 2012 

29 de marzo de 2012

Quintetos del tedio





Quintetos del tedio


Cuando uno se despierta todos los días
en el mismo lugar, no le queda más remedio
que hacer siempre lo mismo.
Juan Forn, Para Gaby, si quiere.


Será que envejecen al mismo tiempo el hábito
De dejarse llevar por la espuma y mis riquezas
De reflujo en la playa. O que las llagas dilatan
Parpadean a mayor ritmo. No sé. Si el sentido
Común adelgazó o si falta cargar mi viejo loco.

Sólo me queda el corcho del malbec la ráfaga
De una puerta al cerrarse. ¡El equilibrio! Eso sí
No sé de qué se trata. Si está si estoy en fatal
Desequilibrio si bastan las palabras o es yerma
Esta arena fofa de mis años: sin sal y amarilla.

© Carlos Enrique Cartolano. De Negro de hueso, 2012 

Ilustración: Walter Sickert
 

27 de marzo de 2012

Quintetos de revolución





Para una revolución en soledad de otoño respiré
Hondo dejé de tomarme la cabeza y me senté
En una cama demasiado grande. Pensé en salir
De mí recruzar la frontera  por descubrimientos
Que el silencio condenó. Leí y escribí para esas

Hiladas de piel y entrañas sin tiempo de siestas
O sosiego. Debí comprobar el territorio limpié
Malezas dibujé horizontes alternando miradas
Para que un cambio floreciera en forma vertiente
Y relectura. Para esto escribí leí viví entregando.

(c) Carlos Enrique Cartolano. De Negro de hueso, 2012
 

Quintetos de la noche



 
Es la vieja historia: lo que traemos de la noche
No resiste madrugadas. No es uno el río sino
Varios que cruzamos en oscuridad entre magia
Y prestidigitación de la señora de mirada fría.
Nunca sabremos qué nos quedará entre manos.

Aún así ardemos cada noche somos compradores
Del misterio de su música y palabras sugerentes:
Llevamos argumentos confiados ella nos devuelve
Rosas podridas con ladridos y gusanos. Desnudos
Salimos: la memoria es un verso entre los dientes.


(c) Carlos Enrique Cartolano. De Negro de hueso, 2012

Ilustración: Winslow Homer
 
 

26 de marzo de 2012

Quintetos para despertar palabras






Ella duerme ella sueña. Él no duerme él sueña
Despierto porque él la lleva en sí dormida como
La justa palabra o el cuchillo limpio desocupado.
Ella –desnuda entregada- lo sueña dormido
En su historia. El sueño: esa novela ese cuento.

Él es la historia despierta que ella sueña. Él
La lleva en brazos entre argumento y palabras
No duerme: ella es un personaje a despertar.
Él la huele la besa en cada centímetro desnudo
Ella duerme ella sueña. El sólo sueña despierto.

Después los sueños de ella remontan en nube
Plateada. Él se desnuda para dormir soñándola
Su ficción asciende en abrazo de fluidos. Son dos
Relatos atados en nudo a revelarse interrogarse:
Se leen. Entonces ella despierta y él duerme.


© Carlos Enrique Cartolano. De Negro de hueso, 2012

Ilustración:Juan A Gurrucho

25 de marzo de 2012

Quintetos del sembrador




Al regresar la obra del barreno está cumplida:
El anclaje a fondo sin virutas. En plácido reposo
Los cuerpos y su calor esperan otro invierno con
La tierra abierta en vainillas negras la simiente
En brazos del viento que sólo vocifera y el mar

Que nos mira de lejos peinado por el noreste.
Te digo: la segunda vuelta es irracional. Ahora
Ya podemos sentarnos y contemplar los bailes
Del cereal en la ventana. Entre noche y anuncios
Del día al verse despiertos los cuerpos dialogan.


© Carlos Enrique Cartolano. De Negro de hueso, 2012

Ilustración: Vincent van Gogh

24 de marzo de 2012

Quintetos del oficio



Me curé mientras iba del fermento a la caldera
Varias veces cumplí lo que soñé despierto y
Enfrié los restos de erupción y tea. Ya escribí
Lo que jamás había imaginado entre el puño
Y la cabeza. Amé campo adentro y en el límite.

Comí con santos sabios miserables pero sólo
Los pobres me invitaron. Algunos me admiraron
Por lo que molestaba y otros llegaron a odiarme
Por lo dulce en mis entrañas. Afortunadamente
Me siguieron unos pocos rebeldes memoriosos.

A mí y a los orígenes me debo y a las palabras
Del atardecer que día a día reclaman alimento
A quienes me esperan en los planos del espacio
Digo en el otro cielo: súbita estafeta de estrellas.
Me lleva la senda sinfín de farolas encendidas.

© Carlos Enrique Cartolano. De Negro de hueso, 2012

23 de marzo de 2012

Quintetos con ángeles II




Estos ángeles como pájaros
que se esconden tras el canto
y huelen como vino barato.

Los ángeles no dejan pelos en el jabón
Aunque en rigor no sé si pierden cabellos
O si se acostumbraron al jabón. Es que
Perdió tensión la realidad últimamente:
Sus redes fallan se los ve con frecuencia.

Hay quienes los descubren al despertar
Durmiendo junto a ellos. Otros que los
Ven de soslayo a espaldas de sus amados
Durante los orgasmos. Y otros sólo los ven
En cada rostro: a esos los mandan lejos.

Pero que un ángel pasara por aquí cerca
Que usara jabón no puede creerse. Antes
Abandonaría una pluma algún aroma una
Suave melodía de abrir y cerrar puertas
Huellas en el aire o sombras en el agua.

© Carlos Enrique Cartolano. De Negro de hueso, 2012

Quintetos con ángeles I




De cuanta fatuidad llena el mundo estos
Angelitos de friso dintel casi cielorraso los
Que llevan alas recogidas son el colmo:
No llevan huesos que de tenerlos serían
Osamentas solubles en la boca. Parecen

Huestes celestes en broma rastra no llegan
Siquiera a altura de catedrales se alcanzan
Con  escalera: van ahogados en cenit de sala
Comedor o dormitorio puro yeso y están
Engomados con estuco. Son un plagio.

Ni parecen metástasis de rumor divino. Son
Mala copia no laten y éstos enroscan sus
Deditos sin que se vea. Se ríen ¿De quién
De nosotros del creador o aún de ellos?
¿Y los verdaderos? No llegaron o no existen.

© Carlos Enrique Cartolano. De Negro de hueso, 2012

21 de marzo de 2012

Quintetos del 21 de marzo




Techados sombreros frascos y cajones guardan
Cubren la fluencia la esconden del ojo vulgar
Pero son inútiles para contenerla. Ella siempre
Derriba los obstáculo expande su cuerpo
Cristalino: su espectro de poeta con humano

A cuestas agregado en las invitaciones. Ella
La poesía que fluye sin nombre ni apellido no
Se encuentra en listas convocatorias ni está
En lecciones de anatomía o superficie. Sólo
Fluye día tras día y hoy veintiuno de marzo

Ella misma se recuerda buscándonos. Los días
De celebración no bastan. Fracasados techos
Calados como sombreros que van chicos o
Frascos que filtran o cajones desfondados. Yo
Hablo de pariciones y hogueras y torrentes.

© Carlos Enrique Cartolano. De Negro de Hueso, 2012 

Ilustración: Bruzzone
 

20 de marzo de 2012

Quintetos de batalla




Quintetos de batalla


Van conflagrados el corazón con la cabeza
Si una exprime el otro lagrimea si ella descree
El corazón enrolla los pies revoloteando:
¿Quién acompaña? ¿Quién corre la aventura
Incierta de domar corceles de ojos negros?

Si él embelezado los cabalga ella tiende
Sordas estadísticas echa alambiques a filtrar
Ensambla manubrios blandedudas. Sinrazona.
Vocifera planes o celadas. Él enajenado
Calla recoleto y surca mares de erotismo.

Finalmente ella oculta filos recoge barriletes
Calla latones. Él ha logrado emborracharla
Y la lleva seducida sujeta a drogas de soñar
Desbordes por sedas y cascadas de alcanfor.
¡Manténgase tersa señora y déjese peinar!

© Carlos Enrique Cartolano. De Negro de humo, 2012

Ilustración: Moros y cristianos

18 de marzo de 2012

Quintetos del tatuaje





El tatuaje es enseña del siglo es mi marca y es
Lo que va quedando para entrar y salir del hombre
Que todavía soy. No es documento no es reclamo
De propiedad. Él es ángulo proyecto de irrupción
En el profundo: donde se despereza este poema.

El punto al que horadar: por aquí alumbrando
El yacimiento de carbones aquí tras un diamante
Donde se estiban las palabras calladas un temor
Las represiones vademécum de voces cruzadas
Y tensas hasta aquí que alcanzo el mismo idioma.

Oh! Embrión del verbo mechón del sustantivo piel
De identidad escarlata! Voy en pos del rayo con él
Zambullido en aguas negras espero la respuesta.
Demorada contra todo sentimiento. Dulce enemiga
Tras el tatuaje eres una lengua breve un filo oculto.


© Carlos Enrique Cartolano. De Negro de hueso, 2012 

Ilustración: Marco Zamora
 

Quintetos cívicos




La ciudad que recorro que respiro o me transpira
Convoca hogueras y oleaje en paridad de fuerzas:
Sin extinguir las vanidades el mar se reitera feroz
Sobre brasas humanas redivivas en la rémora. Hay
Humo en los pinceles hay angustia en todo espejo.

En tiempos de crisis –ya se sabe- van en cúmulos
Apilándose cenizas nauseabundas duelen escozor
En la piel y las conciencias ponen murallas y sitio:
Otro médano otro océano aunque fósil disecado
Inunda con mariposas negras asesina las miradas.

Para escribir me refugio en el salón nocturno lejos
Del fuego sin humo ventanas abiertas recibiendo
Embates del océano continúo habitando la ciudad
Sus galerías secas: Idealmente libre en pleno vuelo
Aunque respirara duraría menos que un canario.

© Carlos Enrique Cartolano. De Negro de hueso, 2012 

Ilustración: Alberto Pancorbo
 

17 de marzo de 2012

Poemas de Valeria Cecilia Pariso

 
 
 
Valeria Cecilia Pariso nació en Buenos Aires, Argentina, en 1970, poeta y narradora de cuentos, ejerce su profesión de abogada conjuntamente con la de escritora. Publicó varias antologías conjuntamente con otros autores, entre ellos “II Colección de Autores Contemporáneos – II Certamen de poesías, cuentos y cartas de amor” Editorial Embajada de las Letras; “Poesía encontrada” – antología selección de César Melis- Editorial Dunken, en el año 2007; “Vuelo íntimo” –poesía/Selección de Marta Mutti- Editorial Dunken, y “Lunario” –antología de cuentos selección de Ana Bisignani- Editorial Dunken- Año 2008.



TESTIGO

Yo sé que debajo de la silla
Que está en mi dormitorio
La silla que se llena de remeras
De papeles para ordenar mañana
Debajo entre las patas de la silla
Hay un hombre oscuro agazapado
Con los ojos más grandes que la boca
Mirándome dormir
Todas las noches.



SECRETO

No es que mi abuela fuese sabia
como un gato que guarda alguna vida
por si se cae trepando la ventana.
Tenía los dedos duros y doblados
Y los ojos marrones como nueces
Pero eso no hacía que supiese.
Mi abuela había aprendido de la tierra
Los laberintos que hacen las hormigas
Para guardar a salvo su alimento
Mi abuela hizo lo mismo con mi abuelo
Guardó algo de su amor
No lo dio todo
Y así sobrevivió sin sobresaltos.




DESEO

Ojalá tuviese
Una fe
Del tamaño de un puente
O de la Torre Eiffel
O de una enciclopedia.

No esta fe debatida
Medio enclenque,
Gateada.
Esta fe de miguitas.



CIMETIÈRE MONTPERNASE

Cuando en Montpernase
busqué a Cortázar
estuve entre las tumbas
y los árboles
era tan gris el día…
Usted ya sabe…
París es gris y qué…
hacía calor me acuerdo
busqué tanto
digo
no es fácil estar una mañana
en medio de la muerte
y sin francés
yo no sabía decir
Monsieur, où est le tombeau de Cortázar?
No había nadie
que entendiera ni un poco mi argentino
todas las tumbas al fin son tan iguales
Usted ya sabe
Son iguales, hasta que una ve la de Cortázar
Lisa como una cama recién hecha
Blanca,  como una barra de bar
de un bar de Montpernase con muchas putas

Y entonces no hay otra que dejarle
Sobre la barra blanca de la tumba
El boleto del metro, un cigarrillo
un papel blanco
y un lápiz sin usar, por cualquier cosa.



PARA QUÉ SIRVE UN ABANICO

Las mujeres que usamos abanico
lo usamos para volar ideas

la del sexo vuela en ocho
o en diez abanicadas.


Tomado de POESIA IBEROAMERICANA. http://alabanzasdeldesorden.blogspot.com.ar/

Quintetos de la edad




para Silvina Michel


Proseguir fue hundirse en el salvado tras el trigo
Sin lugar para antojos cuando solamente retazos
Resistían en la piel  (desiertos que hoy conquistan
Mensajes y llamados): en la sala sillón de plumas
Infladas y colchas tersas si no estás ni vienes. No.

No te espero. Voy de campaña brilla el sol engrosa
La vertiente y hoy sólo las palabras simulan retoño.
Tus voces populares mienten: no cesa incrementa
El ardor con la edad. La brisa de mis años alienta
Incendios alumbra torna incandescente la memoria.

Desde ahora cuna horqueta de morera fría aurora:
Ya no soy anillo ni lecho ni candado. He devenido
Un par de manecillas en mi reloj de palmas limpias
Sin saber qué espero. La historia esta esclavitud
De rechazos y silencio va conmigo: es mi poema.


© Carlos Enrique Cartolano. De Negro de hueso, 2012

Ilustración: Cuevas de Altamira

16 de marzo de 2012

Quintetos del hallazgo



Sin certeza de más bautismos: el descubrimiento
Sucede interminable en toda piel en todo hueso
Quise decir no sólo se descubren fronteras
Para mis manos o milagro en las miradas lo mismo
Despuntó el testigo en víctima y poesías en ficción.

También yo soy salpicadura del único pincel verde
Bermellón o negro: y tras plantillas de manchados
Descubro antiguas cicatrices en la guerra hipocresía
En tu amor cariños del enemigo fama en oprobios
Grajeas de dolor en los festejos. Aperitivos letales.

Todo viene iluminado mediante sueños o razón:
Ruedas de la raza silente conquista de violentos
Desmemorias impresas versos trucados historia
De santos torturadores. La creación ausente: sólo
Hallazgos bajo polvo frondas y tapices opacos.

Todo. Aún este poema empolladura en días tibios
Que asoma la palabra en puertas del otoño éste
El descubrimiento floreciente que delata al ajeno
En soledad: mi diálogo atando restos de primicias
Devora grados y declinación cuando al este es noche.


© Carlos Enrique Cartolano. De Negro de hueso, 2012

Ilustración: Cándido Portinari