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30 de enero de 2013

el golem




…y al fin pronunció el Nombre que es la Clave (…)
de las Letras, del Tiempo y del Espacio…
Jorge Luis Borges –El golem

no el amanecer penetrándome desde la ventana
son las tres de la mañana                      entonces la luz es otra
su rayo señala desde el alto la oportunidad
cuando se licua la piedra                        la corriente consolida
la ficción apila huestes en la mesa y el verso flota

sentado bajo luz directa no de luna no es eléctrica
confirmo otra vez el puente                   la roca a remover
al centro de la mesa esperan mi sahzam el ábrete sésamo la palabra
que ponga a girar el engranaje               las manos duermen
la lluvia cae perfumada y propone un golem con espejos

no es de lámpara ya decido que mis ojos iluminan
vivo solo hace un tiempo                       aprendí a girar la cabeza
como el búho controlo el tiempo los eclipses los solsticios azuzan
filos de podar sobre mi carne                 echan a andar poemas
hijos me nacen de noche enamorados prendidos de su loba

porque las líneas se han borrado ellos y yo cristal parejo
un vórtice adquiere volumen                   el sueño gesta en superficie
confieso estar despierto si salta la puerta de sus goznes los tesoros
vírgenes se entregan amarillos                no son diamante ni rubí
no hay lámparas y sin reflectores se alza mi voz en la penumbra

© Carlos Enrique Cartolano. De riguroso delirio, 2013

Ilustración: Tomada de la red sin identificación de autor

felpas




durazno en temporada alta lo consumo con su piel
prefiguración de tus caricias                            como vos la fruta
resucita en dulce persistencia

en el baño enfrento el espejo todo es tuyo concluyo como el durazno
que aún mastico                                   las impropias verrugas
que llevan hijos de mi carne los cabellos quebrados que barro
cada tanto y el pedacito de muela que retiré con el cepillo

todo es tuyo también la tarde que quiere colarse entre tablillas
de la persiana                                               como si fuera el último reflejo
y no quedara nada más por entregar

entonces cuando suena el teléfono y peregrino por tu voz en la distancia
me parece natural que de ella manen leche y miel
que lo último encuentre cobijo en esa melodía

                                                        es mi sangre que canta
se sube corre a zancadas en el coaxil estalla en palabras ellas suman
se quedan de tu lado                             pero no agotan el venero

sabés que habrá otras mañana ellas al borde de la realidad imaginarán
el nuevo mundo                                   uno para dos distinto cada vez

© Carlos Enrique Cartolano. Del riguroso delirio, 2013

Ilustración: Tomás Apaza Ibarra


28 de enero de 2013

bitacoras




elige lunes con sol crecido de enero la gesta del sueño a distancia
dormimos pies apuntados al destino                  sólo una palabra
y la veletas coinciden
pero es tarde nos comeremos la renta de horas
autografiadas en la sencillez monocromática

américa esa esdrújula que parecen haberse apropiado al norte
sigue sonando castellana                                 es cultural la muerte
por cáncer con antídotos ocultos
                                      y los climaterios indiscriminan

bajo la piel siguen tomándonos bastillas
aunque ahora las tormentas semejen caribes en la propia vereda
                                      estén bien podridos los labios de marilyn
ya pocos recuerden la oración de cardenal y sigan sonando los aullidos

mi país sos vos yo soy tu tierra                        fronterizos gracias a dios
son comunes los vecinos las bendiciones los peligros la muerte y los pañales
me pregunto si fuéramos desconocidos
                                      cómo brillaría tu sol de enero a la carrera
si encontraría bocas vacantes revoluciones del verso las huellas coincidentes

© Carlos Enrique Cartolano. Del riguroso delirio, 2013

Ilustración:  Josep Moncada

ladrones de bagdad




hay días que caen en pliegues de la alfombra ese palio
con que cubre el tiempo                        en agujeros de polillas
o en recodos del arroyo con piedras plañideras
                                                        días que destiñen vacíos
almanaques de años que agotaron baterías

los de constantinopla  al cuarto envío los de la alejandría y su biblioteca
con ladrones en los anaqueles                 los días de quinta caída
en bagdad el jardín donado o medinah al-salam que entregó su luna
a los ocupantes que montaban orugas y lágrimas del harlem

el despojo nutre colecciones del museo británico
del louvre obesos ya de Egipto de tesoros griegos
                                                        roma que siguió parando
obeliscos y armando cruzados para poblar colecciones
y nueva york por supuesto su museo que cruzan sombras de las gemelas

hay días que se derriten ardiendo en los puños
como gemas de hoffmann            con guiños de profanadores
de tesoros en Irak
con bárbaros que no llegan           la palabra desterrada
en jaulones del zoo

vergüenzas barridas bajo la alfombra

© Carlos Enrique Cartolano. Del riguroso delirio, 2013

Ilustración: Afiche cinematográfico

la llave




ningún otro poema de la lluvia no más versos al naufragio
tengo una frase entre los ojos                esa misma
que anoche subiste en tu mirada astro fulgente buscafuegos escarcha
contrahielo                       y al trasluz de tu nombre mi conciente

no más quiebre en los recuerdos ni más melancolía
sólo te escucho vuelvo a verte                un jabón en tu mano
esta celeste humedad que tiende cuerdas a mi ojos
y las mismas palabras combustibles de entrecejo caricias que reviven

para siempre dijiste será tuya la llave este código azul
el que supo abrir cerrojos                      encender las luces
echarle fuego a mi madera bracear a flote entre dos islas descansar en paz
entre mis piernas              tu frase sopla chispa vital para todo artificio

© Carlos Enrique Cartolano. Del riguroso delirio, 2013

Ilustración: Alex Mirasol

27 de enero de 2013

puertas adentro




llueve para recordar otra lluvia perforan el mar sus agujas
dibujan una cortina visible por momentos           escenario de las manos
fastos del día                             la reserva de luz a distancia nos dibuja la arenas

glorias del amor ardiendo todavía en rebujos de la sábana
huele a tabacos del placer peso del cigarro que debuta entre los dedos
y sabe a descorches de malbec cuando otro sol sembraba las ferocidades

pero no quedan vicios         amarillos o escarlatas de juventud
sólo estas miradas paralelas                   palabras que gravitan buscando el fondo
y también la lluvia transistor testigo con su brillo su pátina su proyecto

© Carlos Enrique Cartolano. Del riguroso delirio, 2013

Ilustración: Amelia Palacios

26 de enero de 2013

blanco blanco




escuchando casta diva

por la Callas



quién es capaz de echarle un manchón a la luna

de morder al ángel que pesca a orillas de la diva           de cortarle

la línea inventar colores pintar como nunca nadie pintó los filos

del sueño tan imprevisibles son como goya protestando

quién llamará entonces desde un océano de arena fina

o vendrá con muérdago en las alas

tronando su bel canto cercada por el fuego y las legiones



acaso callas norma la sacerdotisa giuditta quizás sobreviviente

del primer libreto habido en luna llena inmaculada



quien puede arrugar el fuelle al fin          sorber comienzos piel primera

blancos pompas prados ingenuos raíces frutos rojos

primaveras del tacto verde                    hijos gritos del loco amor

él no termina va subido en la frente de la diva              amanece

por cada suspiro purga máculas soberano en el templo

oficia encanta le pone día a la noche

frisa los genarios de existencia               luz le concede la luna porque lo conoce



© Carlos Enrique Cartolano. Del riguroso delirio, 2013



Ilustración:  Ralph Curtis

25 de enero de 2013

nippon




el sol que la pasión levanta descorre velámenes
sus hábitos de carmín humedad del cenit al pez ahuyenta sueños
su frontis su gloria de resurrección

él apunta a su sombra lejos y su estación de lluvias
la nombra él distingue su pasión levanta rumores alas él la acuna
en prados de agua fresca en sus erectos ramos

y la umbría lo sospecha sin saberle nombres
canta su calor por desvestirse desaprender la escarcha encenderse
en puntas de picas de sables de tejado en amarillos

su pasión levanta roces del idioma los reflejos
de cipango a finisterre de fuegos en la noche a terraustralis el sol
busca su origen en la sombra bajo el hielo un punto de fusión

se necesita que la noche caiga a un tiempo sobre dos
es encontrarse porque un astro al unísono alumbre viajar viajar
hacer mares y vaciarlos volar ser vientos y ahuecarles soplos

© Carlos Enrique Cartolano. Del riguroso delirio, 2013 

Ilustración: Monet

23 de enero de 2013

suelto




días pendientes rotos eslabones
demoran su fuente de cerezas                nos miran
van sueltos se enfermaron de incontinencia a todos pasan
su paño seco de algodón

mientras acidulan la tarde mis preguntas
brotes surreales arriman verde por rearmar cadena
soy mañana hago mar                          naufragios
sin marcas sobre el escritorio

exceso de peso lleva el ascensor
esta voluntad de poeta tuerto del día       eslabón
desprendido boca abierta terreno del revoloteo
manos pegajosas de despedida

busco balcones para aferrarme
la temperatura en intemperie baja y las moscas mueren
sólo encuentro trasluces de cristal           días huecos
amontono eslabones engarces rotos espumas de superficie

© Carlos Enrique Cartolano. Del riguroso delirio, 2013

Ilustración:  David Hockney

20 de enero de 2013

bañistas




el mar siempre cerca

vienen de lejos pasan por delante dejan sombras tan solo
azúcares rabiosos en alto miran desprendidas
tronchadas de mantas por debajo                     ah del mar

copian el resplandor no lo imaginan de testimonios vuelven
supieron del amor universos de arena y de sal
por espacios vacantes atropellan                      eh lo que brilla

a nada llaman poco llevan en palabras muñequitas animadas
de enero y sus proezas no preguntan piel a secas
porque inmóvil las veo pasar desde mi playa        oh seré invisible

© Carlos Enrique Cartolano. Del riguroso delirio, 2013

Ilustración: Giorgio De Chirico

enero




levanto la cortina ato arriba el ángulo de luz porque es enero
y en la mirada hay más de noventa grados                  como si atara
el sol en fuga el viento sus demonios
este antojo de derrotar follajes en verano                            voy atento
sé que el amor será sin bordes aunque sin hijos y alumbra enero
mis copas de verdes cristales

alcoholes en la fragua uno mismo en el trapiche
un arroyo torna a desatar los golpes de pistón              los enloquece
hay mantos de óxidos granates lo que no camina está en suspenso
estiro mi palabra en chaise longue me dejo pintar
tamara de lempicka detrás de los pinceles                   y engrano el alma
sin desear otras mudanzas

hubo tiempos de tabaco sus nubes envolvían amarilleando
dientes falanges garabatos en papel época de miel amarga y pesadilla
alambiques del verso llevaban palabras sin correspondencia
precisé los nombres para tanta riqueza                       después la hoguera
danza del fuego máscaras indescifradas llantos rugidos punto
es enero y te invito a mis ojos trae tus manos y tu boca

© Carlos Enrique Cartolano. Del riguroso delirio, 2013

Ilustración: Tamara de Lempicka

baños




aunque me espere el placer de la ducha el baño sea en benarés
se crea que limpia costras el ganges
restos de otras vidas
el tiempo seguirá estando aquí entre los brazos
al centro el astro este brillo
la paternidad del carro y sus caballos

aunque arrugue suelte amarras la carne
los temores enciendan
sus hogueras de humo blanco
se dibujen alas en las manos crezcan anteojos solares
otra vez se parta al extranjero
habrá una puerta firme contra el viento insobornada erecta

un punto existe donde rebotan las preguntas
el paso congela los caracoles enrulan
en violetas y amarillos persiste la humedad
estás de pie ante esos ventanales detrás el mar
lo demás es foto cinta grafo inmerecido
sólo tu presencia purifica

© Carlos Enrique Cartolano. Del riguroso delirio, 2013

Ilustración: Imágenes tomadas de la red, sin identificación de autor

días




por otra temporada en la tierra ésta diferente extinguidos
incendios franja sin quiebres sin arrugas
nueva pátina ámbar el color materia gaseosa volatilidad de los océanos
voy con ella                                         existe acaso el tiempo
sobrevive
lo creímos fatuo ficción invento entre fallas y angustia del hombre
pero sucedió que se había agotado clausura en llave de paso
rejas puestas al pestañeo insomnio y crueldad de otoño
no quedaba tiempo digo tan convencidos llegábamos con borges beckett
el mismo heidegger que montaba témpanos del ser
no creímos que las puertas del templo continuaran abiertas

primeros días temporada de insecticidas de a puños
la mosca expone su cadáver y el ángel recorre pasillos del mercado
no sé aún ignoro cuándo dónde culmina el amor si atardece
si se pone                                           el astro que brilla en la piel
sólo que encontré un cabo suelto tironeé del tiempo pendiente
y volvió a ser de día

es porque el agua refleja aleteos del espíritu de dios dice brodsky porque
él es tiempo porque siempre nos trae dentro de los puños

y comprendo ahora
mientras brille bien alto pervivirá el amor


© Carlos Enrique Cartolano. Del riguroso delirio, 2013

Ilustración: Omar López García

19 de enero de 2013

anclas





tanto sumar calcular restar y balancear me olvido
de que no existe el tiempo esa espina presunta pilar de amores
inmaduros                                 sembrado de fracturas
ya que todo es fatuo atardece obsta la mirada

la noche es un rubí sin brillo
pero este prado continúa hay guirnaldas de luces que orillan senderos
me florecen despiertan                sabores y aromas
ya que atan las bocas me pronuncia el beso a deshorizonte

todo podrá cambiar entonces menos tus labios cráteres
de la luna estaciones del sueño dedos de la primavera pelajes del alma
en ti anclado todo puedo              soy la oreja de Van Gogh
para escucharte la mirada azul de Pablo que copia tu sonrisa

© Carlos Enrique Cartolano. Del riguroso delirio, 2013

Ilustración: Eduardo Olaverri

estantes





…Esa virgen manera de vestirse…
Alberto Luis Ponzo –Algo ingenuo-


escribir esa costumbre de echar palabras al caldero
de cargarse las espaldas              desvestirse devolver orígenes
del lago y de la piel escribir es leerse los adentros pensar lo dicho
en un reflejo                              es salir otra vez
la cabeza mojada el corazón poroso es llevarse uno hasta cuatro
en la cuenta es anochecer sonriendo escribir es eso es también
no perder el tiempo enterarse del derroche y la ganancia
llevar inventario del perdido es invertir el guante
escribir es descalzarse                 para atar papeles
después escapar a las lejías al internarse de lámpara en la mina

es derramar intimidad resumir devolver flores al idioma escribir
es gestionar aceptación                acuerdo de bocas y cabeza
porque leer es escribir de nuevo
la escritura oferta desafío es espacio abierto sendero interminable
escribir es pintar del color que ayer faltaba escucharse en el silencio
ocupar vistas del otro invadir las bocas
es vestirse de domingo                (ingenua letra del amante)
suscitar en martes pronunciar un nombre inventado o descubrirlo
oculto entre las rocas                  escribir es atar cien caras
armar con madreperlas la experiencia es brillo de pura imitación

después dejarse herir en pleno verso cruzar la calle mirando el centro
de la tierra o el eclipse                escribir es escuchar un cuento
con las piernas acariciar el sueño del escarabajo con la lengua
es dibujar ojivas el arco tenso fiel de manos es estirar las sábanas
echar cerrojos pero también         escribir es copiar las llaves

© Carlos Enrique Cartolano. Del riguroso delirio, 2013

Ilustración: Museo Frida Kahlo