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31 de mayo de 2011

Tangencias




por José Lezama Lima

Después de haber inventado el cero, el príncipe Alef-Cero marchó a caballo hasta que el sueño le fue entrecruzado lanzándolo del caballo hacia la yerba cubridora de blandas rocas espongiarias. La flecha del caballo es su nariz. Interpuso su cuchillo entre la tierra y él, colocando después el escudo sobre el cuchillo con inclinación maliciosa, ya que por allí iba a pasar su sueño. Al recorrer el cuchillo la tierra, saltaba la fuente, pero moría la semilla. En los primeros naufragios del sueño se había apoyado con su arco somnoliento en la verticalidad de la fuente reciente, de tal modo que el arco apoyado de su entrevisto se aceraba horizontalmente; aumentando su potencia el chorro de la fuente tocaba al desprendido del aire y su sueño tan ligeramente que podía mantenerse horizontal sin abandonar el sueño que lo había desprendido del caballo. El sueño lo amputaba del caballo, sintiendo que al abandonarlo se abandonaba, pudiendo después readquirir la dureza infranqueable del mismo sueño cruzado sobre el reloj dentro del surtidor. De nuevo el caballo lanza por el sueño a su hialino tripulante. El caballo que saborea el arsénico, rechaza el polvo de carey. La carga lanzada por el caballo en el surtidor, insiste con su frente dulcemente apoyándose en el filo de la ventana. No es el inventor del cero, es el de la honda y semilla, el que espera que el agua se pudra para que empiece el recuerdo planetario de la semilla. El hombre maravilloso, por el contrario, esquinado en su jardín de losetas triangulares y losanges, cuclilla sus piernas y alonga sus brazos como un cisne nutrido con algodón diorita. Aún en la noche, tribuno gimnasta, desmemoriando, patinada acidez retrospectiva, acorralado por sus arañazos rítmicos, copiosos, estremecidos. En la medianoche, el caricortado de la semilla, cae con dulzura su cabeza en el filo de la ventana, que soporta también los dos pies del hombre en malla verde anaranjada y gris de acero tejido, esquinándose en su jardín como la soga de los puertos. Separados por el filo de la ventana, el hombre de tierra enarca su ojo para escuchar más que para descubrir; mientras el gimnasta, en la misma medianoche de lo normal sobresaltado, alza y baja sus piernas con un ritmo que parece el recuerdo de una marcha por el río. Al depositar la semilla no pudo saber que estaba traspasada, apoyo para una noche lanzado del caballo. El gimnasta al pasarse bruscamente la diminuta bola gomosa con núcleo de acero, de la mano de humo recordado a la de oro mordido, abre ojos y linealidad en su cansancio, fatigándose para alcanzar altura, duración y peso del saurio. No es mucho que cuando lance los instrumentos con los que fortalecía su pulso, tropiece con una flor por cansancio, y cada cansancio monstruoso se paralice con el terrígeno prendido escozor de la semilla traspasada por el hombre lanzado del caballo.

De su obra poética.


José María Andrés Fernando Lezama Lima, conocido sencillamente como José Lezama Lima (La Habana, 19 de diciembre de 1910-íbid, 9 de agosto de 1976) fue un escritor cubano. Aunque fue fundamentalmente poeta y ensayista, fue su novelística la que lo destacó en el concierto mundial de escritores. Su novela Paradiso, obra cumbre del autor, fue publicada en el año 1966. Considerada por muchos críticos como una de las obras maestras de la narrativa del siglo XX, en ella confluye toda su trayectoria poética de carácter barroco, simbólico e iniciático. Fue publicada en 1970 por la editorial mexicana Era, en una edición revisada por el autor y al cuidado de Julio Cortázar y Carlos Monsiváis. Paradiso fue calificada por las autoridades cubanas dos años más tarde como pornográfica debido al tema de la homosexualidad en su trama y esto sirvió de antesala a la acusación por actividades contrarrevolucionarias en 1971 que le amargó los últimos años de su existencia. Todos los que hemos estado en Cuba, conocemos qué y por qué la homosexualidad en el país. Profundo conocedor de Platón, los poetas órficos, los filósofos gnósticos, Luis de Góngora y las corrientes culteranas y herméticas, devoto del idealismo platónico y ferviente lector de los poetas clásicos, Lezama vivió plenamente entregado a los libros, a la lectura y a la escritura. Se ha dicho de él que fue un escritor de palabra golosa, henchida de barruntos sobre las más extraordinarias imaginerías. En él, el vocablo se hunde, como inmenso cucharón, en un caldo que contiene todos los saberes y todos los sabores y logra extraer, inimaginablemente entremezclados, bocados que son imágenes, que son poesía. Lezama es un poeta de lo sensual; escritor de una palabra que es deleite, que es placer, que es plenitud. (Rafael Fauquié, Escribir la Extrañeza). La estética de Lezama es la estética de la intuición y de lo intuitivo: percepción primaria donde se encuentran todas las clarividencias. Por lo que respecta a su poesía, no se alteró especialmente en la forma ni el fondo con la llegada de la Revolución y se mantuvo como una suerte de monumento solitario difícilmente catalogable. Para muchos especialistas, el conjunto su obra representa en la literatura hispanoamericana una ruptura radical con el realismo y la psicología y aporta una alquimia expresiva que no proviene de nadie. Julio Cortázar fue sin duda el primero en advertir la singularidad de su propuesta.
Fuentes: varias




30 de mayo de 2011

Texto del 2 de abril de 1942



Por Pablo Picasso

No les fue inútil a los tres cuerpos hechos de barro y de luz haber quedado envueltos en sombra y en tristeza superado el cuarto de siglo en reconstruirlos totalmente las alas que se arrastran colmadas de azul erizadas de todas sus flores construyeron sobre el granito de las rocas duramente en cada piso en la ventana está iluminada con el candil oscureciendo el borde roído del plato la interminable cadena de peplos agitada silenciosamente por la luna el olor tan violento del tono violeta oscuro esparcido sobre el verde manzana y el rocío que empapa de rosa el limón calman hasta el completo ahogo la acre música naranja que exhala sus cálidos suspiros a la indulgente oreja abierta del amarillo ocre bruscamente despierto por las palabras duras y tiernas del excesivo perfume blanco tornasolado del cristal que la refleja completamente desnuda miserable comida de bodas celebrada tan ruidosamente tan vergonzosamente en plena soledad llamada el 11 por la mañana destacándose del lago de suave oleaje la piel que sostiene la barca atada a la rama que olfatea un tazón de leche el sortilegio que actúa directamente sobre su destino lo engloba en el marfil pulido del que gotean fuegos fatuos encendidos bruscamente en cada hoja que mueve un dedo de aire pasea el aceite de sus labios por toda la extensión del brazo dibujado por la hierba.

Publicado en Cahiers D´Art Nº 1 (1948)
Incluido en Antología de la poesía surrealista. Selección y traducciones de Aldo Pellegrini. Buenos Aires, Cía Gral Fabril Editora, 1961.


Nació el 25 de octubre en Málaga. Su nombre completo es Pablo Ruiz y Picasso. En 1909 viajó a París, y allí se estableció definitivamente para iniciar una de las aventuras más asombrosas de la historia de la pintura. Participó en el movimiento surrealista desde 1925, año en que intervino en la primera exposición de la pintura surrealista realizada en la Galería Pierre de París. Hasta 1927 su pintura sufrió parcialmente la influencia de las concepciones surrealistas. Publicó poemas surrealistas en los números 5-6 de Cahiers d´Art (1935) y en la misma revista los años 1937 y 1948. En 1945 editó una obra de teatro surrealista: El deseo atrapado por la cola (Le désir attrapé par la queue). En el año 1944 adhirió al partido comunista francés. De Antología de la poesía surrealista, volumen citado más arriba.

Palabras



por Ingeborg Bachmann


¡De pie, palabras, síganme!,
y aunque hayamos ido muy lejos ya,
demasiado lejos, vayamos todavía,
más lejos, hacia ningún final.

No aclara.

La palabra
solo arrastrará, sin embargo, 
otras palabras consigo,
frases la frase.
Así quiere el mundo
imponerse,
definitivamente,
estar dicho ya.
No lo digan.

Síganme, palabras,
¡que no se vuelva definitiva
-esta avidez de la palabra
y lo dicho sobre lo contradicho!

Dejen ahora, por un momento,
que ninguno de los sentimientos hable,
que el corazón ejercite
el músculo de otro modo.

Deja, digo, deja.

No, al oído supremo
nada, digo yo, susurrando,
que sobre la muerte no se te ocurra nada,
deja y sígueme, ni dulce
ni amargamente
ni consolada,
no significativamente
sin consuelo,
así como tampoco sin signos-

Y sobre todo no esto: la imagen
en la telaraña de polvo, el vacío retumbar
de sílabas, palabras moribundas.

¡Ni una sola palabra,
palabras! 

Gentileza de Ana María Cartolano. Traducción de Ricardo Ibarlucía

 Poetisa, novelista y narradora de relatos breves austriaca nacida en Klagenfurt (Corintia). Hija de un director de escuela, estudió Filosofía, Psicología, Filología Alemana y Ciencias Políticas en Innsbruck, Graz y Viena. Se dedicó al periodismo antes de escribir su primer libro de poemas El tiempo postergado (1953). A partir de entonces se convirtió en un personaje público, no sólo por sus versos, sino por esa inusual combinación de sensualidad e inteligencia que llama la atención en un mundillo literario por entonces únicamente masculino. Mujer inaccesible y misteriosa, de extrema fragilidad, su voz quebrada y casi rota está llena de referencias filosóficas, desde Wittgenstein a Heidegger, pasando por Walter Benjamin o Simone de Beauvoir. Tuvo intensas relaciones con los escritores Paul Celan y Max Frisch, y más tarde atravesó duras crisis personales y de salud, evitando cada vez más las apariciones en público. Después de publicar su primer libro en prosa, A los treinta años (1961), se mantuvo durante diez años sin publicar apenas nada. Su siguiente libro, la novela Malina (1971), pasó directamente a la lista de los best-sellers, siendo considerada por eso la primera autora mediática de la literatura en lengua alemana. Otras obras suyas son, Tres senderos hacia el lago, Últimos poemas e Invocación a la Osa Mayor. Considerada como una de las más importantes poetisas post-bélicas, en los últimos años de su vida, Italia fue su patria adoptiva. Falleció en Roma, como consecuencia de las graves quemaduras que un incendio en su casa le produjeron; supuestamente se quedó dormida con un cigarrillo encendido. Desde entonces uno de los grandes premios literarios en lengua alemana lleva su nombre.  Biografía: © epdlp

Recomendable. De Ingeborg Bachmann: Debemos encontrar frases verdaderas –conversaciones y entrevistas-. Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2000. Edición: Christine Koschel e Inge von Weidenbaum. Traducción: Ana María Cartolano.

24 de mayo de 2011

Otro pan



El tiempo ejecuta su viruela
De muro amarilleado
Y escalera de apoyo.

Cuando el recuerdo en alza
Llega por tierra y navegante
Con palabra variopinta

Cuando está de pie
La conciencia en la harina
Sin edad. Aún sin agua:

Las voces vuelcan
Mares verdes
Cavan arroyos de levadura.

(c) Carlos Enrique Cartolano, 2011. De Bridaº

18 de mayo de 2011

Norman Mailer: La lección del maestro




A punto de editarse  Un arte espectral (Emecé, 2008), el testamento literario del estadounidense Norman Mailer -uno de los mayores narradores del siglo XX-, me entretuve en separar de la entrevista alusiva que publicó ADN de La Nación, ocho recomendaciones que juzgo básicas para la creación literaria. Y que –como fruto exquisito de este gran maestro-, deben ser impartidas además a nuestros talleristas. Los párrafos seleccionados han coincidido, obvio es destacarlo, con experiencias personales. Fue lo que me permitió recortarlas. Aquí van:


1. Sobre el logro del estilo personal: Todo lo que pasa parece capaz de ofrecer su propia suma al autoconocimiento. Uno ha llegado a una filosofía personal o ha alcanzado incluso esa rara meseta donde está atado a su propia filosofía. En esa coyuntura, todo lo que uno escribe, proviene de la atmósfera fundamental propia.(…) Porque algo antes decía: Cada frase, precisa o imprecisa, jactanciosa o modesta, cuida no meter un dedo hiperactivo a través del tejido de la atmósfera. Tampoco las frases se vuelven tan vacías de cualidad personal como para que la prosa se hunda en el suelo de la página. (…)

2. Escribir desintoxicado de… (¡tantas cosas, además del cigarrillo!): En aquellos días, mi psiquis se sentía tan distinta sin cigarrillos como mi cuerpo al pasar del aire al agua. Era como si percibiera con sentidos distintos, y las reacciones claras se vieran embotadas. Escribiendo sin cigarrillos, el mundo que buscaba casi nunca llegaba, no en un tiempo rápido. En compensación, tenía garantizada una sensibilidad al ritmo de lo que escribía y eso me ayudaba a volcar mi mano en dirección de la mejor prosa (…).

3. La utilidad de las tempranas dependencias: Y Algren, que tenía diez años más que yo y sabía mucho más, dijo: ¨Sabes, estos chicos están mejor si se atan a un escritor y empiezan a imitarlo, porque aprenden mucho haciéndolo. Si son buenos en algún sentido, tarde o temprano, se librarán de la influencia. Pero antes tienen que atarse a alguien¨. Eso fue útil (…).

4. ¿Qué escribir?: Lo ideal, y cuando te pones más viejo tratas de acercarte a lo ideal, es escribir sólo lo que te interesa. Puede resultar de interés a otros o no, pero si tratas de dirigirte hacia el éxito, no debieras ser un escritor serio. En cambio, harás bien en estudiar los trucos de los autores de bestsellers constantes mientras te aseguras de mantenerte apartado de cualquier cosa que esté bien escrita (¡sic!) (…).

5. Modelos vivientes: En este momento el único gran escritor que puede manejar cuarenta o cincuenta personajes y tres o cuatro décadas es García Márquez. Cien años de soledad es una obra asombrosa. Logra hacerlo, pero cómo, no lo sé. En mi novela sobre Egipto, me llevó diez páginas pasar más allá de una curva del Nilo (…).

6. Riesgos de la trama:  Una estrategia del bestseller es seguir agregando ingredientes nuevos a la historia. ¡Pero cuidado! La trama es igual que una droga. Puede estimular a un novelista hacia hordas de energía creativa, y por cierto mantendrá a un lector sobre la página, pero tarde o temprano, la trama presenta su factura, y exigencias graves caen sobre el escritor. El autor que está sobrecargado de trama a veces se ve obligado a entrar en la mente del personaje para mantener las cosas claras. Exactamente aquí es donde todo se empantana (…).

7. Las arrugas del idioma: Pocos bestsellers no sufren de una avalancha de adjetivos. Porque cuando un escritor no puede encontrar el matiz de una experiencia, por lo común la recarga de adjetivos (…).

8. El coraje de jóvenes editores: Cuando una novela seria de un desconocido se publica en estos días, por lo común es porque algún editor joven se lo ha tomado a pecho. Por lo general, el director editorial le sigue la corriente. De hecho, ése es el costado caritativo del mundo editorial, y seguirá siendo mientras los directores editoriales mantengan alguna fe en sus editores jóvenes, que, a su vez, logren apegarse a su coraje (…).

Traducción de Elvio Gandolfo
Artículo completo: http://adncultura.lanacion.com.ar 30.09.2008.

13 de mayo de 2011

Dos marinas



Hermes



Al retirarse las aguas
La luz reveló restos:
Esqueletos del naufragio
Donde superhombres respiraron

Armas del perfecto crimen
Secretos de familia
Mostrencos celestes
Prendas desechadas
(grandes por voracidad
o estrechas
como bocas miserables).

Fueron
Cadáveres en silencio
Paredes de osamentas
Retículas sobre el lecho vacío
Del mar océano.

Después sopló el pampero
Y subimos en dos hojas
Para alcanzar el nacimiento.

(c) Carlos Enrique Cartolano, 2011. De Brida



Cría cuervos


Pasadas las vaquerías
De la margen oriental
Fuimos alcanzados
Por la crianza de cuervos

El confín se alejó
Y las mesas de papel ennegrecieron.
- Son los mayores/ dije
Que vienen por los ojos
Sólo los detiene
La espada flamígera-.

Debajo los largos mostradores
De compra venta
Semejaban ciudades
Puertos comerciales. Pupitres
De rematador.

Eran verbos sin conjugación
Sustantivos olvidados/ Irrelevantes
Adornos del lenguaje.

Cuando alcanzamos el océano
Grité premonitorio:
- ¡Según el pájaro es el nido!
Y después me sumergí.

(c) Carlos Enrique Cartolano, 2011. De Brida

6 de mayo de 2011

Invasiones




Palpitaciones
Toma y deja
Helena y las riquezas
Arreos trasandinos
Horizontes
Campo adentro
Mordiscos del bandeirante
Vidas surcadas
Por el arado
Desembarco de lágrimas
Y esclavos
Mañana despierta
En mil motores
Asesinos afilando
Sus dagas
Todo
Enredado/ Suma
Presente en la playa
(yermo salón de ventas).

Y el león:
Uña en gatillo.

(c) Carlos Enrique Cartolano, Brida (2011)

Avistaje




Cuando llegué
El mar era un grifo
Velando en la playa.

(c) Carlos Enrique Cartolano, Brida (2011)