54.
Tiene razón Walter Benjamin: es pura inmoralidad el comercio; puro
engaño; una estafa. Por eso no vendo nada. Me resisto a vender canteros de palabras.
Poemas, como pequeñas parcelas del hálito, digo. En este tiempo no quedan pasajes donde guarecerse, ni panoramas inmutables y totalizadores. Solo
esta habitación donde me aíslo; la soledad. Y se trata de otra jugarreta
comercial del poderoso: solo sobreviviré si compro. Me queda conspirar, y
escribo.
Como cíclope
desesperado, en medio de la isla, y sin que nadie se me atreva, armo el idioma.
Que vengan, dijo alguien que cayó en justo olvido, ¡les presentaremos batalla! Escribo,
escribimos.
Ilustración: Ideal Es (c)
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