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Ayer, 8 de noviembre, fue jornada para que las manos se expresaran otra
vez. Con Lula liberado, Dilma explicaba a los periodistas que había adoptado la
V que forman los dedos índice y mayor
de la mano derecha –ocasionalmente también de la izquierda– para indicar vuelve, al estilo argentino. Allí
popularizaban también la L, estirando
dedos índice y pulgar de mano izquierda. Horas antes yo terminaba de subir una
foto que adoro entre unas pocas atesoradas. En ella estoy entre Marcos Silber y
Jorge Paolantonio, amigos queridos y extrañados; el primero porque está lejos y
lo veo poco, y el segundo porque ya está del otro lado, y desde allí
seguramente nos lee todavía. Pero las manos, porque he querido referirme a la expresividad de las
manos. En la fotografía, al cabo de la presentación de una antología poética de
El Mono Armado en la Biblioteca
Nacional, año 2016, me llaman la atención las manos que el fotógrafo congeló
junto con el tiempo. ¡Bendito fotógrafo! La mano de Marcos Silber sobre mi
hombro izquierdo; la de Alicia Márquez sobre el derecho de Jorge Paolantonio;
la de Ramiro Silber sobre el hombro derecho de Flora Levi; las dos manos de
Anamaría Mayol sobre hombros de sendos poetas circundantes cuyos nombres se me
escapan. Y por supuesto el coro de miradas, entre las que ahora destaco mi
alegría y la ternura de Bibi Albert. Obvias las chispeantes miradas de
Anamaría, Mariel Monente, y Ramiro completan un paisaje entrañable del
transcurrido reciente. Quisiera que esta escena continuara sucediendo, sentirme
tan pleno y completo como ese día. Tener a tantos amigos en torno. Emplear con
ellos ambas manos, favorecer el contacto
fraterno, concluyendo en tantos abrazos como jornadas contenga el resto de mi
vida.
Habrá que esperar,
sin embargo. Volvimos a encontrarnos, compartimos y disfrutamos durante los
tres años siguientes; mi querido Jorge Paolantonio me dejó su palabra al cabo
de vivencias entrañables. Con saludos de don Marcos, Mariel y Ramiro nos encontramos
casi a diario a través de los vivos
en las redes, y con muchos otros quedamos a expensas de una mejor oportunidad
luego de suspender el MardelFIP 2020*.
Hoy, de las manos y su poder expresivo, mejor no hablar; las lavamos muy
seguido, las rociamos con alcohol, y continuamos acostumbrándolas a esta sequía
de
apretones y abrazos.
* Festival Internacional de Poesía de Mar del
Plata
(c) Carlos Enrique Cartolano. "Scherzo", 2021
Ilustración: Manos de la gloria
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