10.
Es así,
Jorge Luis Borges de la memoria: mi
materia es el tiempo/ soy cada solitario instante. En mí, tiembla la existencia,
esta madeja de recuerdos que triunfan sobre el olvido cada día y cada hora,
cuando con tus ojos me mira Jacqueline du Pré, y en manos que prodigó el jazmín
se levanta la batuta de Barenboim enamorado.
Porque nada muere. Somos finitos nosotros, cuando languidece-mos en pendiente
y desguace. Jacqueline sigue viva, no deshojan los jazmines aunque tiemble la
batuta, y quien la enarbole crea haber perdido su amor. Ahora, cuando otra vez
suena el concierto para cello de Antonín Dvorák, todo vuelve a comenzar. Aunque
los íncipit de occidente se vuelvan
críticos advierte George Steiner (*). No habrá crepúsculo triunfal sin alborada
de amor, donde el conjuro de dos anide, y alumbre un amor sin tiempo,
evanescente.
Suena la música mientras escribo. Bendigo a la tecnología que me permite fondo y figura, ámbito y protagonista. El sonido surca, mientras la furia desafía con atajos a la lengua. Quizás con ellos pueda atravesar espesores del intervalo, y entrever algunas cosas que solo al final comprendería.
(*) George Steiner. Gramáticas de la creación
(c) Carlos Enrique Cartolano. "Scherzo", 2021
Ilustración: Nina la luna (c)
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