23.
Mi
corazón trepida por las noches; cuesta conciliar el sueño, o una vez a bordo me
despierta. Es incansable este joven viejo, este viejo que ansía la juventud.
Tanto temblor sucede mientras la memoria recorre los pasillos de la prisión.
Ella, carcelera y amante, la hambreada de tiempo completo. La más dulce e
implacable; puede saltar cercos, aunque también tenderlos. En este último caso,
la malla de su tejido es acero de dureza elevada y resulta impenetrable.
Memoria del eterno
retorno y mi equilibrio, memoria del desconcierto. Recuerdos de azúcar y de
acíbar en pareja proporción. Sobre ellos tensé el músculo y se volvió
espontáneo el canto.
Ilustración: Pablo Picasso (c)
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