126.
Tras de mí las cicatrices, barcos abandonados, cuerpo, alma y memoria
desmembrados en quince viviendas, otros tantos nombres, calles y vecindarios,
al cabo de setenta y tres años. Por cierto: siete ciudades, dos países, y tan
solo una vida. Por la noche, en sueños, recorro pasillos, habitaciones, patios
y jardines, abro y cierro puertas y
ventanas, escucho aullar al viento y hay fragor de lluvia en los techos de
chapa. Y cuando recuerdo –porque no siempre los sueños caben en la memoria
inmediata–, sin dudarlo reconozco la segunda de mis casas, aquella de mi
infancia, la que ocupé con mis padres entre los cuatro y trece años. La primera
parte de la vida –aseguran, y he podido comprobarlo– nos signa y determina. Si como
dice Carlos Fuentes, los sueños que no recordamos son los que gobiernan la
escritura, seguramente en mis poemas vivo con ficciones o recuerdos del olvido
en aquella morada de los primeros años. Por eso, la interpretación en mucho de
cuanto me sucede ahora, la forma con que resuelvo mi escritura, mi propio
razonamiento, me parecen francas alegorías de la infancia.
Aquella casa –o mejor dicho, aquellas dos casas, porque hablo de la de
mi familia inmediata, junto a la de mis abuelos paternos– tenían enormes
jardines, patios embaldosados, bien atrás las huertas que atendían mis padres y
mis abuelos. Frutales generosos,
gallineros, multitud de animales, recorrían el ciclo vital varias veces por año.
Me parece ver todavía las incubadoras, criadoras y comederos, mi padre
arrodillado contemplando los nacimientos, mi hermana y yo preparando alimentos
para los recién nacidos.
Había allí una diaria cosecha de tesoros, y yo no lo supe hasta mucho
después, cuando la existencia hizo lugar en mí a un ser adulto.
Es posible continuar
cosechando tesoros; de hecho, más allá de los muros de mis quince casas, y
allende siete ciudades. Siempre el arte me miró de frente; fui rico en
hallazgos y sorpresa.
(c) Carlos Enrique Cartolano. "Scherzo", 2021
Ilustración: Bill Viola (c)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario