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28 de mayo de 2022

Acompañando la melodía ...

 


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  Acompañando la melodía de Erik Satie, nada menos que el diseño de Pablo Picasso, el escenario de Jean Cocteau, la coreografía de Leónide Massine y el ballet compuesto finalmente por Sergei Diaghilev. Parade fue estrenado en mayo de 1917 en el Théâtre du Châtelet de Paris, con la orquesta dirigida por  Ernest Ansermet. Al parecer la idea original fue de Cocteau, quien tras escuchar en concierto Tres trozos en forma de pera, de Satie, concibió la idea de un ballet en el que dos grupos de artistas de circo llaman la atención del público para su presentación; interpretación a partir de la cual Satie, con algunas contribuciones de Cocteau, compuso la música.

  El poeta Guillaume Apollinaire describió Parade como un tipo de surrealismo, une sorte de surréalisme, cuando escribió la nota crítica en 1917, acuñando la palabra tres años antes de que el Surrealismo emergiera como un movimiento artístico en París. Los comentarios no se hicieron esperar; algunos fueron favorables, pero el del crítico musical Jean Poueigh resultó francamente negativo. Erik Satie reaccionó, dirigiendo al crítico una postal en la que le comunicaba: Señor y querido amigo: usted es un estúpido; un estúpido sin música.

  Enorme gloria para esa reunión de artistas; las obras de todos ellos perviven un siglo después. Al músico original Erik Satie –de quien se dijo fuera el último de los grandes clásicos–, más allá de la sentencia de ocho días de prisión impuesta tras la denuncia de Poueigh, todas sus obras, y esta en particular, le permitieron resucitar periódicamente en las salas de concierto y escenarios de ballet.

  Historias que con acertado texto y buenas imágenes ofrece la  realización  cinematográfica Satiefictions –sus realizadores Anne Katrine Peitz y Yulian Tabakov–, que he visto en un canal de televisión por cable, pero que todavía no logré encontrar con gratuidad en los archivos de internet. Sería deseable que se pusiera al alcance de todos, porque considero este film –siguiendo el juego de palabras– fuente de auténticas satisfacciones.

  La reunión de artistas –y talentos– en una obra, asegura aceptación durable de público. Cuanto mayor experiencia en la representación artística, más espectadores –lectores–, satisfechos. 

(c) Carlos Enrique Cartolano. "Scherzo", 2021

Ilustración: Alamy Stock Photo (c)


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