119.
Steiner se pregunta por el ser
dios de Shakespeare. Ese que en el soneto 38 se ufana de no faltarle tema a su musa, es el mismo
que en el 55, dice obtener recia rima,
jamás piedra opacada, y siempre memoria
viva. Alude así a la inmortalidad de la obra literaria, que solo la mano de
un dios puede cobrar. Pero es en el soneto 76, donde ironiza: vestir palabras viejas en nuevo modo es
todo mi arte, y donde termina diciendo: casi
cada sílaba mi nombre clama. Y en ese casi,
dice Steiner, hay un mundo encerrado.
(c) Carlos Enrique Cartolano. "Scherzo", 2021
Ilustración: Sonetos
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