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Por
cierto no hay idas a Troya, sólo regresos –de Néstor, Agamenón y Menelao en
diferentes textos–. Claro que por sobre todos importa el de Ulises, origen de
la Odisea, la búsqueda de Ítaca. Esta
característica de los textos homéricos, es interesante para al lector de todos
los tiempos, porque aparece como un recurso literario moderno. Supongo que en
todos emociona más, como en mí mismo, regresar antes que ir.
La
tradición prehomérica, sin embargo, contiene multitud de relatos de las idas, y
preparación de la campaña militar contra Troya. Revela Robert Graves, que se
dedicó a estudiar dichas tradiciones previas a los textos escritos, que Ulises
fue vital en la tarea de convencer a los diferentes monarcas de su tiempo para avanzar
sobre Troya.
Hoy, 31 de octubre de 2020, murió en Madrid Javier Reverte Martínez, un par de años mayor que yo, conocido como el amigo de Ulises. En él, escribir y estar de regreso de sus viajes, fueron uno. Reverte consideró de la naturaleza del hombre, el dar vueltas permanentemente. Este solitario navegante del horizonte me aventajó, porque su profesión de periodista y corresponsal le quitó contrapesos. Ahora lo veo en un documental de la televisión española, comiendo pescado con su amigo Dimitris, en una playa de Ítaca. Dimitris recuerda entonces a Konstantinos Kavafis, y repite: No hables; el silencio lo dice todo.
(c) Carlos Enrique Cartolano. "Scherzo", 2021
Ilustración: Regresos (c)
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