178.
Finalmente,
al leer a Plotino, comprendí razones del culto que le rindiese Jorge Luis Borges.
La permanencia del color amarillo en la mirada del maestro, obedecía a la
existencia del sol tras ella. Su memoria, prodigiosa como ninguna otra que yo
conozca, combinó perfectamente las lecturas anteriores y posteriores a 1955,
cuando declaró su ceguera –paradójicamente año en que fuera designado Director
de la Biblioteca Nacional–. Y esa mirada, que jamás oscureció por completo,
dictó el concepto borgeano de belleza, reflejo del espíritu maestro que
heredamos.
Borges viene a mi encuentro siempre, sea lo que sea que escriba o lea. No existe tal artificio con ningún otro texto o escritor. Porque lo que otros han escrito, pasó previamente por el cedazo borgeano, aun en tiempo previo al paso del maestro.
(c) Carlos Enrique Cartolano. "Scherzo", 2021
Ilustración: Mundo oculto (c)
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