182.
Es
también insoslayable la referencia al Poema
de los dones, porque: Nadie rebaje a
lágrima o reproche/ esta declaración de la maestría/ de Dios, que con magnífica
ironía/ me dio a la vez los libros y la noche … Y me pregunto si este dios borgeano, capaz de
regir a la vez sentidos y bibliotecas, fue concebido a imagen y semejanza de
los hombres –como predicasen los griegos–, o si acaso el donado fue vástago del
dios, aquella existencia a la que Occidente premió con mayúscula y
exclusividad.
Tan
grave cuestión, tanto como gravita el peso de aquel año 1955 en Borges, en Indoamérica
toda, y en mí, que fui parido en el mismo serpentario.
En 1955 yo tenía
ocho años, y aún vivía en el puerto militar del que procedía la flota que
extorsionó a la nación bombardeando los depósitos YPF del Puerto de Mar del
Plata, y amenazó con hacer lo propio en las refinerías de Dock Sud. Mi padre
era un liberal, Borges procedía de una estirpe militar y oligárquica a la
vez. Sin embargo, todo peso ideológico
vuelve al valor de una pluma, cuando el maestro nos lega su escritura.
(c) Carlos Enrique Cartolano. "Scherzo", 2021
Ilustración: Jorge Luis Borges
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