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No
hay mayor desnudez que la del inconsciente. Allí encontraré el primer idioma:
dolores de Adán, culpas de Caín, sospechas de Eva. Regreso a las primeras
lecturas: Descubrimientos espirituales
de Giovanni Papini, a mis catorce, y el Pablo Neruda de Tercera residencia, a mis quince. El deseo, la belleza, el arte,
montaban la potencia adolescente, y hubo brillo en placeres de toda desnudez.
Después Herman Hesse y particularmente Demián, a
despecho de las opiniones de don Julio.
Mis regresos al
pueblo natal en los veranos; las primeras pilas de libros, ingenuas todavía.
Las compras en librerías transparentaban lecturas de mi hermana mayor, y
recomendaciones formativas de mi madre.
(c) Carlos Enrique Cartolano. "Scherzo", 2021
Ilustración: Arnaldo Macedo (c)
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