164.
Corazón de carne y piedra, ha dicho Miguel Veyrat, siempre cercano,
hermano en lengua, preguntas y esperanza. Y recuerdo a mi maestro de primera
hora, Joaquín O. Giannuzzi, de corazón sangrante, arrojado a tumbos sobre el
adoquinado. Son las condiciones de la
época; nos piden la carne sensible, pero también la piedra avezada en
resistencias. Empedrado el corazón entonces; la historia atestigua, como en
tantos más.
Nuestra experiencia, maestros -vivo uno y muerto el otro-, es la de
páramos y jungla, impotencia en la palabra y fortaleza menguante, de muros sin
escalas; al fin, la del silencio.
Es que fui educado
con el mito de lo eterno, y termino de espaldas al muro, frente al pelotón de
fusilamiento. No callaré, no permitiré que se los olvide, me subiré a cuanto
permanezca, y con ello haré el amor.
(c) Carlos Enrique Cartolano. "Scherzo", 2021
Ilustración: Hateshepsut (c)
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