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11 de noviembre de 2007

de CUERDAS. Poemas inéditos, 2001




SORTILEGIO DEL CORTINADO


Mi cortina se hincha con los nuevos vientos del sur
Como un vientre encinto de la tarde ya rancia desafalleciente
Pero enérgica como leona en celo

La miro con mansedumbre de durazno
Considero su invasión como un ademán de vida
Una invitación
Para aspirar/ Hinchar el tórax/ Resucitar

De tantas impurezas
Polución en las conciencias
En vecinos o lejanos
Pastores o rebaños
Rescatar verdad y justicia trizadas
Sangrantes

Las pantallas y los parlantes ofrecen una versión
Integral del día
Pero como no hubo huracanes
Callan lo del viento y mi cortina

Olvidan tanta resurrección
La conversión
De tanto pasivo asesino o mentiroso
La feliz transmutación del mundo en sólo un día.

VENTANAS

Acostumbrado a la penumbra del cine el ojo
Se adueña de la noche y persigue
Cada luz prolijamente
Aún desde el sueño que lo abandona irremediable.

En las ventanas todavía corretean hijos
Y los adultos de torsos desnudos departen
Frente al espejo:
Del dinero/ Los cuerpos y las intimidades
Ajenas.

En el fin de siglo es posible
Contemplar el derrumbe de Roma en las ventanas.
Y en la oscuridad de la calle a las cuadrigas
Alzando prostitutas/ Mendigos de la droga
Desahuciados del bolsillo.

Y con el primer sol sobre la playa
Emerger a los gladiadores
Asexuados filmes repetidos hasta el cansancio
Cronometrando sus carreras
Sujetando las carnes para el sport.

Te advierto:
El amor es light o intoxica.

PIES DE NOCHE

Nuevamente tus pies varados como barcas en la sábana
Mientras dormís con luna en la frente y una estrellita en cada pecho
Los aprisiono para que latan en mi abrazo todo el barro
Arena y pedregal recorridos
Como si fuéramos diferentes:
Yo pudiera sentir tu sendero
O vos besaras la tierra con mis labios.

Permanezco contemplándote
Y acerco mis pies a los tuyos
Imaginándome cuadrúpedo/ O murmuración de palomas
En los aleros del patio
Tu sueño es una cesta de peces/ Y mi amor insomne
La brisa sobre el trigo recién molido.
Compartimos noches/ Pies y pieles felizmente diferentes.


AVE NOCTURNA

Boca arriba en la cama
Cansina la mirada fija
Un punto de luz en el estuco:
Esta noche vamos quedando solos
Y es finito el aire de la habitación.

Porque las puertas permanecen abiertas
Y dirimimos el paso de los hijos:
Es de noche y vamos quedando de espaldas
Con los ojos abiertos.

La soledad es una rosa blanca que pierde
Su aroma
O un distante aleteo que no cobra aún
La dimensión del ave.

ALEJANDRO

Cuando el espíritu disponga
Mostrarse/ Será la hora
De la tarde: Las tres o las tres
Y media/ En que las vidrieras
Recobren un plano de opacidad
Y todo para cada sombra
Se acomode en los estantes

(Será la misma hora -creo-
En la que Alejandro atase
En el horizonte oriente
Y occidente con la Biblioteca)

Cuando el espíritu se asome
Liviano/ Aunque poderoso
Tamborileará en los dedos
Como un relámpago
Como una arañita ciega
Como el sexo de un idiota
Como la tarde misma
Martillada/ Y de rodillas.

GLOBALIZACIÓN

Cuando se secaron los pañuelos
Nos sentamos alrededor de la mesa
Para conversar del enfermo.

Nos controlamos las manos
Uno a uno/ Dorso a dorso
Y concluímos que estaban corrompidas.

Éramos por tanto cinco los enfermos.
Fuimos a cerrar las ventanas
Por no pensar en otro millones

Que estaban fuera: enfermos
Pestilentes
Poniendo a secar pañuelos.

POEMA DEL BOTE DE PESCADORES

¿Qué quiere el que nos mira
Con catalejo
Desde el roquerío de la costa?

Dirán los dos hombres del bote
Bolita de El Quispe:
El del tarro y la soga
El de los remos.

Y yo:
He venido a verlos.
Sufrí Santiago
Trasegué los senderos
De Isla Negra
Partiré a Valparaíso
Sólo para verlos:

Enfilar hacia las crestas
Desaparecer de a ratos
Devorados por el ondulaje
Y aparearse a los ademanes
Oceánicos.
Sólo para verlos.

Pero ha emergido el tercero:
Un buzo con su malla
Colmada de tesoros
Y su traje de goma negra
Y brillante:
Semeja un cetáceo
Puesto al otro extremo
De la cuerda.

Y los otros le han pedido
O él dispone
Prender el motor y salir
Del alcance de mi catalejo.

¡Como si el mar fuera de ellos!

POEMA DEL PUENTE DE MADERA

Por él llegué.
Por él me iré.
Por este puente de madera
Que ata dos mundos.

De un lado el mar y
Las campanas.
Del otro llantos vegetales
Mi cama
Los manuscritos
Que me siguen
Como cable a tierra.

He estado parado sobre él
Tratando de medir
Con la aguja de mi cuerpo
El punto exacto que establece
La confluencia mágica.

Pero es inútil:
Cuando los cíclopes suspiran
Todo es impreciso
(Reservemos la explicación
Para la física cuántica).

Voy y vengo por este puente
De madera
Con la cabeza hirviendo
Y el estómago frío:
Intento justificar un equilibrio
Que no gobierno.

PRESENTE

¨...Que sea, pues, como si yo estuviera
a tu lado...¨ Walt Whitman
Se acabó la leña
Tampoco quedan brasas ni mis huellas
Calzan en los fantasmas
De arena.
He puesto un corcho
En la botella de vino:
Me ha sorprendido el frío.

Las valijas sueñan todavía
Ignorantes del cepo
Que les impone el silencio de mi partida.

¡Vamos! Una vuelta de llave
Aún un pensamiento furioso:
Verdemente heredada
Mi presencia se refleja
En las hojas del eucalipto.

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