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9 de septiembre de 2013

armada


los mirmidones cayeron dentro
de sus hormigueros
como naipes con los que juega el viento

fue al toparse con el escudo en llamas
                                     de apolo

todo quedó a la luz
también el contenido
de las armaduras              patroclo pagó
caro su osadía perdió vida y manto
ya nadie pudo confundirlo
con aquiles el colérico

pelearon por su cadáver aunque no era
la piel de un toro
las nuevas lágrimas forjaron armas
y armadura

después nadie quiso mostrar apariencias
del guerrero bravo en llantos  
                            a las puertas dijeron
entre muralla y muralla a plena luz
en boca de espías heridos prisioneros

que nadie preste su cuerpo al otro

© Carlos Enrique Cartolano. Con el cantar se consuela –troyanas-, 2013

Ilustración: Aquiles y Patroclo

1 comentario:

Anónimo dijo...

que nadie preste su cuerpo al otro
(...) personne ne prêt son corps aux autres

Gracias Carlos,Eugenie