Son encantes lo que queda en otros el latido
De palabras remotas con algún resplandor rayos
Evocaciones grises. Ese resto en desuso esa lágrima
De segunda mano ya no lo representan: ellos hablan
Del anterior de quien fue renovado con brotes
De otra latitud o algún balcón ignoto. Dicen de aquél
Que tomó vacaciones al atardecer con rocíos
De ella en fronteras de su piel y derrotó al
almanaque:
El que gestó retoños de la florista fugó de las mesas
De barata llevándose en revuelo un doble corazón.
© Carlos Enrique Cartolano. De Leyes, 2012
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