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1 de junio de 2011

Para hacer un retrato de un pájaro


                                                              

                                                                         por Jacques Prévert

                                                                                  A Elsa Henríquez

Pintar primero una jaula
con la puerta abierta
pintar después algo bonito
algo simple
algo bello
algo útil
para el pájaro
apoyar después la tela contra un árbol
en un jardín
en un soto
o en un bosque
esconderse tras el árbol
sin decir nada
sin moverse...
A veces el pájaro llega enseguida
pero puede tardar años
antes de decidirse
No hay que desanimarse
hay que esperar
esperar si es necesario durante años
la celeridad o la tardanza en la llegada del pájaro
no tiene nada que ver
con la calidad del cuadro
Cuando el pájaro llega
si llega
observar el más profundo silencio
esperar que el pájaro entre en la jaula
y una vez que haya entrado
cerrar suavemente la puerta con el pincel
después
borrar uno a uno todos los barrotes
cuidando de no tocar ninguna pluma del pájaro
Hacer acto seguido el retrato del árbol
escogiendo la rama más bella
para el pájaro
pintar también el verde follaje y la frescura del viento
el polvillo del sol
y el ruido de los bichos de la hierba en el calor estival
y después esperar a que el pájaro se decida a cantar
Si el pájaro no canta
mala señal
señal de que el cuadro es malo
pero si canta es buena señal
señal de que podéis firmar
Entonces arrancadle delicadamente
una pluma al pájaro
y escribid vuestro nombre en un ángulo del cuadro.

de Palabras


Jacques Prévert (Neuilly-sur-Seine, 1900 - París, 1977) Poeta, dramaturgo, letrista y guionista francés de carácter rebelde, que frecuentó todos los géneros como escritor, desde la poesía hasta los cuentos para niños. Cuando llegó a París no le resultó fácil que le admitieran en los cenáculos de moda, ya fuera por parte de los surrealistas de la calle Château, con quienes después entablaría amistad, o en las tabernas literarias de Saint-Germain-des-Prés.  Durante mucho tiempo la gente de las letras le mantuvo aparte porque consideraban que su poesía era repugnante por el hecho de ser popular. De modo que entró en la literatura por la puerta de atrás. En 1930 rompió con A. Breton, el representante de los surrealistas, pues le resultaba demasiado autoritario. Un poco más tarde se alejó también del Partido Comunista, en el que nunca llegó a militar.  En 1931 publicó Intento de una descripción de una cena de cabezas en París-Francia, poema compuesto por antítesis. Su primer guión fue El crimen del señor Langue (1935) de Renoir, en el que impuso el fresco aliento de su postura social contestataria. Para la película, Kosma, compositor húngaro, compuso la primera pieza de las muchas que harían juntos el poeta y el músico. Prévert formó un espléndido tándem con Marcel Carné que se inauguró con Jenny (1936) y prosiguió, en ocasiones incomprendido por la crítica, con obras como Extraño drama (1937) o Amanece (1939). Además trabajó con otros directores, aunque serán sus trabajos con Carné los que contarán.  En plena ocupación nazi y en condiciones precarias rodaron las joyas cinematográficas El muelle de las brumas y Las puertas de la noche (1942), y antes de la liberación Los niños del Paraíso (1945), considerada una de las mejores películas de la historia del cine. Apreciado en los estudios fílmicos como guionista y como letrista en el mundo de la música, la categoría y la fama como escritor le llegó tras la guerra con el libro de poemas Palabras (1946). Participó en los debates políticos e intelectuales con su sentido de la imagen insólita y del humor crítico. Con un estilo sencillo, cercano al lenguaje de la calle, Prévert reconstruye la vida cotidiana y se acerca al lector. © Biografiasyvidas.com     

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