Puede
resultar ácido este domingo, cuando me chocan ejércitos del escamoteo. Al entrar al ambiente más pequeño sin
encender la luz, las sombras materializan un cuerpo de conjunto; piso en él y perforo la oscuridad. Es pírrico
el reinado tras estas nuevas Heraclea, Ásculo, Cataláunicas, con un Leviatán entre
los pies mientras la cabeza arde y duele la herida. No alcanza el reclamo; mi
alarido es breve, corre entre nudos.
Después
hay una puerta de agua y sueño; he aprendido a despertar con la esperanza entre
dientes. Y al prender la luz, es sólo del tiempo mi derroche. Todo, aunque
repita, sucede por primera vez.
Fieras que dibujan las
penumbras: domingo caluroso
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras imaginarias, 2018
Ilustración: Cultura Colectiva (c)
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