Déjenme
en la distancia, en los anales. En desórbitas de Alejandro y su mirada
pompeyana, profetisa del triunfo. Allí donde me impongo imagen: la del recuerdo
enamorado. Concédanme la bruma, olviden
la borrasca, denme habitación sobre el encalmado, sin vista al piélago.
Recuérdenme en esdrújulas, verso libre, lengua doméstica, capitel de acantos.
Porque
sólo quien memora escribe y el lugar vacío es musa promiscua. Que viva en
brisas de cuanto vuelve a suceder o aún dilate huellas en la arena. Concédanme
el silencio, un sello, perder la llave, la vuelta de hoja, desovar la página,
volver a la mayúscula, darle nombre al año y creerlo última oportunidad.
Cuando el año comienza
a llamarse, él me nombra
4 de enero de 2018
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018Ilustración: Gala y Dalí
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