Observo
y monologo, quiero decir: la escucho. En realidad me permito su habla, como mis
respirar y latir. Para el resto hay silencio, sólo yo la sé parlante. Ella todo
cobra, no cesa de analizar y concluir minuto tras minuto de cada día. Aunque yo
dejé de hacerlo, ella todavía se sorprende. Profetiza y su actitud es de
constante edición. Quién puede distinguir ya inéditos, si todo vuelve a
transcurrir el cedazo y cuanto retiene su criba muta al infinito.
Así, se
cuentan innumerables versiones de la experiencia, múltiples ángulos en la
mirada, todos los sabores, cierta música totaliza sonidos en una partitura, la
suma de tactos y aromas. Eso que llaman universo circula conmigo ante un
espejo.
El anciano y la memoria
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras imaginarias, 2018Ilustración: Sair García (c)
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