El
quinto turno y dilata la espera. El tiempo tejió por fuera una armadura y
lagunó por dentro una corriente amarilla y doliente. La densidad es mayor en
exteriores y la conciencia decae hasta ínfima profundidad.
Me
quedé sentado sólo por contemplar el desfile de hormigas, el verano que fuga
por resquicios de la ventana. Ahora lo pienso: mi tiempo resultó un agitador
sinfín de la escritura, aunque los poemas meditados por semanas ya no vuelvan y
se repitan desmadres de palabra. Por cierto, viejos conocidos.
Mi
lázaro no te olvida. Conservo aún espumas y arena en la piel. Sólo mi amor somete
al yermo.
Prolongada espera de
sábado
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras imaginarias, 2018
Ilustración: Playa del amor ...
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