Ella,
emanación tras elevaciones: supuesta, sugerida por agitación en brisas o
conciencia, perfume o sintonía del venteo. Sé muy bien quién es cuando va y
vuelve, penetra y abandona, tiovivo de palabras encendidas, hoguera que el ciclón aviva. Es por su tiempo y a la vez sin
tiempo, única y diversa, jalón de mi existencia, columna de humo o mármol. Me
dice, la digo, monto en ella, me levanta y proyecta más allá de toda espera.
Significa por insignificancia, calla por ser parlante, ve cuanto no diviso,
toca y sale disparada. Ella, horizonte o vertical. Va conmigo y suena, si me nombra.
Leyendo a Rafael Felipe
Oteriño
Ilustración: Tangotraum (c)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario