No
duermo. Cada instante es el último, y se entretienen conmigo detalles del inconcluso.
Por aquí pasó el maestro que aún no ve título en su libro. Casi nos igualamos
en edad y aspiraciones, pero él supera a todos en docencia. Será porque nosotros
partimos de titulares y sólo acertamos en la repetición. Me defino víctima de
un final abierto. Desperté en su boca.
Visita de Rafael Felipe
Oteriño. 5 de marzo 2018
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras imaginarias, 2018
Ilustración: Luisa Psicóloga (c)
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