Sobre A OJO Y
DE OÍDAS
de Carlos Enrique Cartolano
por
Marcela Predieri
El tiempo no es sólo El tiempo como magnitud física o sea aquello con lo que medimos la
duración o separación de los acontecimientos, ni tampoco únicamente aquello que
permite ordenar los sucesos en secuencias para poder establecer un pasado y un
futuro. En la mecánica relativista, por ejemplo, el concepto de tiempo es más
complejo porque está condicionado por el observador, que a veces acelera su
ritmo, a veces lo rechaza, o lo ve interrumpirse ante lo inesperado.
También solemos hablar de ganar tiempo, perderlo o ahorrarlo, pero lo cierto es que no puede
atesorarse. Esto lo demostraremos al tiempo: que es la expresión que
indica que el futuro demostrará la verdad de lo que se dice. Hay que dar tiempo al tiempo o sea: esperar el
momento oportuno. Y ya va a llegar.
En la vida, ¿qué es el tiempo? Y sobre todo
¿cuál es su sentido?
El tiempo encuentra su sentido en la
eternidad, afirma Heidegger. Ahora bien: si sólo Dios es eterno, la pregunta qué es el tiempo está mal
formulada. Deberíamos decir: ¿Quién es
el tiempo?
¿Y si Dios no existiera?: ¿Seríamos nosotros
mismos el tiempo? ¿Somos el tiempo? Y con mayor precisión todavía: ¿Soy yo mi tiempo? Esta formulación hace
que la cuestión adquiera mucha mayor seriedad porque somos mortales, o sea no
tenemos demasiado tiempo, lo que nos
obliga a salir de la indiferencia y compro- meternoa con las ideas y las
personas para no matar el tiempo, lo
que significa simplemente evitar el aburrimiento con alguna actividad o
distracción.
Por eso vamos a entrar de lleno en literatura:
Borges define el tiempo como ¨la sustancia de que estoy hecho¨; señala: ¨es un
río que me arrebata, pero yo soy el río; él es el tigre que me destroza, pero
yo soy el tigre. Esun fuego que me consume, pero yo soy el fuego¨. Y lo resume
como ¨el momento en que el hombre sabe para siempre quién es¨. Me pregunto:
¿Podemos decir para siempre? Las
enseñanzas del Budismo sobre el tiempo están basadas en la doctrina de la impermanencia: ¨Nada permanece igual en
dos momentos consecutivos¨. Y afirma:
esto es
para ayudarnos a penetrar profundamente
en la realidad, porque nuestro sufrir es producto de la creencia de que las
cosas son permanentes.
Recordemos esto porque vamos a intentar penetrar profundamente en el poemario de
Carlos Cartolano, aunque sólo sea a ojo y
de oídas.
Ya desde el título nos enfrentamos con la
primera complicación. A ojo, titula…
pero el tiempo no se ve. De oídas:
pero el tiempo no se escucha. Entonces ¿cómo se percibe? ¿Cómo lo percibimos
cada uno de nosotros? ¿Cómo lo percibe, cómo lo hace suyo Carlos Cartolano?
¿Cómo lo relacionamos con el concepto de impermanencia?
En La
edad de oro escribe: ir y volver son
uno, y en Cuarteto para cuerdas:
habla de la vida como una partitura que
se estira y vuelve a ejecutarse. Pero
en Segundo poema, Lenguas con punta, cito: confuso: nadie es lo que fue. Entonces ¿qué es ir, qué es volver? Y
si nadie es lo que fue, ¿cómo lo recupero? La respuesta es: A través de la memoria, y no es casual que sea éste el
nombre de la primera sección.
Escribe en Tempo:
El tiempo filtra eucaliptos y el agua,
pero también filtra recuerdos, buenos o malos. Dicen que el tiempo es sabio, y
que el diablo sabe por sabio pero más vale por viejo. Habrá que preguntarse que
nos quiere decir cuando subraya: El
anciano el tiempo… y ¿qué pretende?, o por qué –cito-: Demora cada vez si sube su historia al aire. Y por qué no también: ¿por qué nosotros, a
veces, como señala en Efemérides uno: añoramos una copa de vino para espesar la
historia? ¿Significa esto hacer el transcurrir el tiempo más lentamente?
¿Detener su discurrir para poder gozar de la
tarde inmóvil a la que se refiere también en Cuarteto para cuerdas?
¿O será porque necesitamos que fluya? ¿Qué se
balancee como un borracho, que no detenga su movimiento? Me pregunto: ¿cuál es
el tiempo que vale? ¿El vivido? ¿El por vivir? El único tiempo que tenemos es
el presente, el ahora: una Instantánea
–tal el nombre del poema que podría definirlo-. Cito: Más cerca de una foto /Que del film. Igual que el tiempo o los
recuerdos. Esto lo va a repetir varias veces a lo largo de todo el poemario: lo
único que tenemos, como escribe en Arenero,
es el breve tiempo que media entre ola y
ola, o entre sístole y diástole. Por
eso nos va a recordar que –y vuelvo a citar-: es Sabido que muerde, que Tiene
filo el tiempo. Esto nos obliga a estar atentos, a tomar conciencia de
nuestra fragilidad y de la urgencia, lo imperioso que es detenernos para
preguntarnos como lo hace en Uvas, si
nos queda tiempo. Cartolano nos
interpela: ¿Te verás mañana? Fíjense
que aparece acá, feroz, la idea de la muerte. Por eso la desesperación cuando
profetiza: Pensarás en el fin del fin…
pero ese fin pertenece al futuro o sea que estará, cito: Prófugo de tu memoria.
Por suerte, o no, el hombre es el único animal
que tiene conciencia de la muerte, por lo tanto podemos hacer algo, y no perder el tiempo que nos fue asignado.
Si no, tendremos que preguntarnos como en Poema
tres. Incertidumbre y bruma: ¿Qué amancecerá qué día y para qué?
Escribe Carlos en Nocturno: No hay tiempo ya/ para ayudar a sobrevivir, o curar/
corregir/ cambiar deformaciones que todos conciliaron.// Corramos: es tarde… La
garra del tiempo ahoga hasta matar.
Eso mismo lo refuerza en En esta hora: Sólo estoy conmigo y solo en esta hora en que la gota
culmina el recorrido. No es tiempo de remendar medias/ palabras o silencios.
O sea no
hay sólo que hacer tiempo: o sea
esperar que una cosa suceda o se termine haciendo otra para que esa espera no
resulte molesta. Hay que vivirlo intensamente.
Hay
hombres y mujeres que así lo han hecho. Por eso rinde homenaje y hace muchas
referencias a los inmortales (Picasso, Neruda, Gabo, Pizarnik, Borges, Mozart,
Whitman, Victoria Ocampo, Woolf entre otros, personales que escribieron páginas
de la historia porque supieron estar ahí cuando era el momento, y se abrieron
paso en medio de los sucesos parea marcar su huella en el tiempo. Pero también
escribe sobre los olvidados, los indianos, los inmigrantes, y sobre esas
pequeñas cosas cotidianas que nos marcan el tiempo. Por ejemplo en últimos soles nos trae a la memoria: Diariamente el corte de uñas. El rigor de la poda seca… Y las
diferencia de aquellas que son Otras
yerbas, como El futuro envasado en
blister de la felicidad… La pastilla cada ocho horas… La sinfonía de los
despertadores. Porque todo hace a la historia y Es saludable escribe en Efemérides
tercera tanto cuando manchas de superficie se eternizan, o vamos perdiendo la
memoria. Tal vez por eso haya necesitado otra sección en su poemario, llamada Prolongación de la mano y nuevas
observaciones.
El tiempo
es tirano dicen en los medios de comunicación, por eso voy a ir cerrando este
análisis de A ojo y de oídas. Es
tirano, sí, pero no invencible. El mismo Cartolano nos confiesa que lo derrotó
tantas noches derramándolo en tinta.
Porque Sólo la mano sobrevive, y
sobrevive a través de la obra; y en este caso particular a través de la poesía,
porque como dice en El mar/ siempre el mar:
las imágenes/ estrofas y pausas son los
ritmos de la creación. Y es necesario a veces: tomarse un tiempo.
Así que
para finalizar: si hablamos de creación tenemos que hablar del Creador, ese Ser
todo tiempo de quien Carlos dice: Sabio
tiempo Dios/ que todo lava y persona/// Mientras caliente el sol despegarán tus
sueños// porque el tiempo es la última oportunidad.
Tal vez
estemos a tiempo, expresión que
indica que algo se hace en el momento oportuno o cuando todavía no es tarde.
Podemos, cíclicos como Borges, o como subraya en últimos soles, permanecer absortos
en este vértigo de historias paralelas, o tal vez podamos ordenarlo en un
pasado y un futuro; tomar la postura que adopta en el 1er poema Tempo con respecto al pasado, donde
dice: Olvidando el pasado es como el
tiempo puede volver a dar a luz; y también aquella a la que exhorta con
respecto al futuro: nunca jamás permanecer como las cuatro mujeres del poema fraguas, ignorantes de la muerte.
Los invito
entonces a que se den tiempo para la lectura de este poemario. Les aseguro que
van a invertir muy bien el tiempo y será en su provecho.
Mar
del Plata, setiembre de 2013
1 comentario:
lo mío fue "tocar de oídas", ja ja lo valioso es el pomario. Un abrazo
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