creyeron que Circe
sometía sus encantos
lágrimas de circe océanos cautivos
detrás de la mirada
inundan su última nave esa que recorta
el horizonte
circe de rodillas con lágrimas joyas
de tres años
para tanto castigo el perdón es azul
e infinito
lágrimas de circe devuelven al hombre
de su felina gloria del ulises
corrupto de tanto marrano
sentándose a la mesa
porque queman salan muerden
como si la hierba de vida consumiera
ella única mujer ella diosa
llora su océano las fuentes del azur
y reptan llamas bajo los mancebos
Carlos Enrique Cartolano. Con el cantar se consuela
–troyanas-, 2013
Ilustración: Wright Barker
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