su dignidad estuvo en aquel otro cuerpo
donde sembró y tanto amaba
él no llevó esclavas las tuvo en su tienda
cada noche
untándolo con mieles y aceites
por eso iba y venía con su carro en la batalla
no desnudaba aceros sólo venteó
cada día junto a sus corceles
daba voces sedujo a los guerreros
néstor de memoria numerosa
y fue con gloria su retorno
murió en tierno abrazo viejo monarca
con su edad de último escalón
vecina al cielo
© Carlos Enrique Cartolano. Con el cantar se consuela
–troyanas-, 2013
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