por Troya desde Mileto, Hattusa,
Mersin, Kanish y tantas ciudades
antiguas más, salían al mundo
lapisázuli, marfil, sellos de piedra y
arcilla, cobre y estaño.
al cantar homero troya fue una puerta a ella
violaron heracles después ulises librando ataduras
de elena y antes de hésione
a la hora de homero aún enredaba sus brotes
la vegetación sacra en rodas argos y en esparta
restaba irredento aquel tesoro no de príamo
sino de padre anterior en un milenio
a mi turno de escriba intento devolver a la poesía
la ciudad y al sueño su leyenda
de heroínas purgando su vientre en los infiernos
borrar estigmas de schliemann y tantos más
todos ellos comerciantes
sirvientes de museos ladrones e invasores
refugiados en soviéticas arcas apagadas
qué es la vida entonces acaso la que termina
en cada cima de existencia o ésta que persiste
mientras la soga dure y el mito recomience
sostenido en pluma o lengua como por aquella elénion
que infundieron los griegos a elena viva
o por esa otra virgen del origen entregada a telamón
como especie de cambio y deseable monedero
© Carlos Enrique Cartolano. Con el cantar se consuela
–troyanas-, 2013
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