primeros ocho años de guerra
hubo un rapto el juicio dividió en dos la lucha
los dioses embarcaron con sus hombres
y no por desposeída riqueza sino por un tesoro
en la mirada
casi todos fueron troya
finitos
por ella sobre barcos
y unos pocos se pensaron triunfantes
amos de la muerte tendieron
sus carpas
pusieron sus ojos en alturas de madera
aunque sólo hubo en troya intimidad
allí
aceptaron con gusto la tortura
con tal de contemplar otra
vez una sonrisa
en labios de helena el desafío
diosa blanca de los héroes
la de rapto afortunado
la
del tálamo
matriarca brisa
de simiente
que ellos lleven por las islas guerra de ocho años
traición rivalidades su infiel soberanía
se repitan raptos llantos
la venganza se retuerza en frío lecho del de argos
diomedes idomeneo aún de ulises
por la rubia criseida la
de crises en tebas
también su prima la de brises atezada que pudo con el
héroe
ella briseida su brillo fue de acero
y polixena que ató desvelos de héctor con aquiles
cuando sólo hubo un vientre reinó un tesoro amurallado
© Carlos Enrique Cartolano. Con el cantar se consuela
–troyanas-, 2013
Ilustración: Dante Gabriel Rossetti
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