pensaron que allí adentro
había vino y quitaron el hilo
a la bolsa de cuero
acaso ha de ser el sueño mi enemigo
quien suelte los cuatro vientos y ellos bramen
al unísono
silbando alarmas de júbilo ajeno
mientras inconsciente de pie navego
por la llanura de cuanto antepasado retoñe
la nave sigue presa
en sargazos de la realidad
las rutas preceden a la voluntad
no hay hilo de plata capaz de sostener huellas
hálitos en cautiverio
hay quien duerme sobre tablas sin bruñir
o acaso si sueño con ítaca vuelvo a troya
© Carlos Enrique Cartolano. Con el cantar se consuela
–troyanas-, 2013
Ilustración: Fran Recacha
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