desde Polifemo
de la noche vengo atado al vientre
de
la oveja
ciego mi padre embebidos en alcohol
sus ademanes
porque se sabe todo humano insinúa genio
por
los ojos y las manos
y a quien ocupa ajenidad
lo pacifican oscuridades
que continúe
minusválido
cuanto
alguna vez fue cosido
desde aquí y hasta su muerte
con mis hermanos gálata celto e ilirio
huérfanos vamos cantamos desde teócrito
la desventura
anchos
como lamento de cíclope
buscamos patria el peñasco suficiente
para hundir al invasor y quebrar su orgullo
aunque poseidón y nuestras lágrimas
lo esperen en las navegaciones
de ulises hablo de
ese que edificó
caballos de madera
por no domarlos
© Carlos Enrique Cartolano. Con el cantar se consuela
–Troyanas-
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