el juicio de Paris
graves de saxo y lágrima aquellos días del juicio
con marcas de deshielo entonces
todo cuanto rodó dejó su huella en empedrados
e insaciable la belleza urgió la historia
previno al juez
porque del amor se dibujaron volandas
si
lo abyecto esperaba
suyas fueron al término la sombra y las garras
paris hizo de una manzana el espejo de sus ojos
la belleza engaña
porque es combustible de una diosa
ella
arde sin término
ni tasa
olvidó el poder sus tronos y las carpas
descartó la experiencia acalló temple y templos
lo cegó el deseo desacreditó a las furias
confundió su vida con una ventana abierta
comprometió así las sucesiones
y encadenó a troya con la muerte
© Carlos Enrique Cartolano. Con el cantar se consuela
–troyanas-, 2013
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