ya no hay amaneceres con cabos sueltos ni amarras
manos de circe tersas no quedan compañeros
con miradas del amor pendiente
ni recuerdos de la sangre troyana encendida todavía
ni calmas de poseidón ni arenas que propicien carros
poco resta
ulises es una brizna de polvo
que arrastran los vientos sólo un navío
y tras los remos todo oídos que la cera clausura
allí contra el mástil el presente se hace atar acaso
detenido
el decurso podrá ser testigo de cuanto transcurrió
y también del porvenir
para marca apenas sobre los arrecifes una probabilidad
que cauterice en aleteo de urracas
sirenas quizás de la opulencia sensorial fantasmas
de la miseria
siempre intentando quebrar el horizonte
yo no creo en el suicidio lejos ya ulises impotente
salpicado con sal y canto
© Carlos Enrique Cartolano. Con el cantar se consuela
–troyanas-, 2013
No hay comentarios.:
Publicar un comentario