También puede verse en este racimo de uvas
Un ramo de esperanzas soñadas: manos dulces
Ojos sanos cuerpos en alto muy verdes labios
La verdad en círculos que levanta amaneceres
Blancos. El amor madura uva en mis viñedos.
Cuando entrego confieso cuando revelo grito
Las palabras sin tregua avanzan nos empujan
¿Dónde está la realidad? ¿En ellas o en el racimo
De uvas moradas destiñendo sangre y recuerdos?
Sólo escribiré. Tatuaré en mi historia un nombre.
© Carlos Enrique Cartolano. De Negro de hueso, 2012
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