Aunque no alcanzan son mías tu alhaja olvidada
Entre las sábanas tu risa besando las paredes
Y alguna mirada navegando todavía en mi redil:
Tu estilo fue demorarte presente en las cosas
Después fugaste con ellas al naufragar la luna.
Dejaste crispadas mis mucosas: sal agujereada
Por la lluvia. Varios años fui ciego careciente
Transpiré pañuelos que bordabas con tu nombre
Anduve hambreado de tu rubor -amado temblor
De pajarito-. Caminé lejanas geografías sin pasaje.
No volviste. Va una vida de piedras huecas soles
Repetidos sobre el dintel de la puerta historias
Que cuento cada noche para explicar tu ausencia.
Va una vida entre rejas porque fugó mi libertad
Porque ya no recuerdo ni tus ojos ni tus labios.
© Carlos Enrique Cartolano. De Negro de hueso, 2012
Ilustración: Alejandro Marco
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