Escuchando La valse, de Ravel
La noche estrena zapatillas de baile bajo el capote
Cubriendo con su manto de flautas deshilvanadas
Ella: dama de sexo popular agita el sutil estrellado
Siempre remota la infiel y pretendida por todo
Bailarín obliga a la danza con doble sombra fatal.
La noche abraza a los que nutre el fuego si reduce
Consume poderes de guerra y opresión. Ella baila
Sobre los cañones enciende justicia canta siempre
Canta al día que vendrá ronda poetiza pinta dibuja
Batidas de nubes su viento: su escoba de osarios.
La noche está ronca y afinan su voz y almenado
Con agua cristal en palacios de hielo sus caricias:
Amansa por esplender logra calma para horadar.
Ella triunfa al descorrer su manto de violines de
Chelos entona su canto –el baile final- su agonía.
© Carlos Enrique Cartolano. De Negro de hueso, 2012
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