El malabarista tensa cuerdas: fe del equilibrio
Y quejas del cuerpo que sigue leyes inmutables.
El equilibrista en la soga como el mar confían
Pero tiemblan si miran atrás. El alma es flujo
Resaca de arena y piedras la piel atormentada.
Así mi infancia apoyada en las puertas batientes
Del jardín ensayó mil palabras y cargó su carcaj
Buscaba ese equilibrio interior que reclamaban
Sus manos los oídos el pecho inflado ambos pies
Por copiar oír respirar profundo y salir del marco.
El mar como arteria cantora va siempre lanzado
Si fracasa vuelve a intentarlo. El papel y la arena
No perdonan: sus marcas esas gruesas estrías
Que mueve la luna entre dunas días y noches
Hablan por sí mismas y esconden malabarismos.
© Carlos Enrique Cartolano. De Negro de hueso, 2012
Ilustración: Escultura de Gehrard Demetz
No hay comentarios.:
Publicar un comentario