Para una revolución en soledad de otoño respiré
Hondo dejé de tomarme la cabeza y me senté
En una cama demasiado grande. Pensé en salir
De mí recruzar la frontera por descubrimientos
Que el silencio condenó. Leí y escribí para esas
Hiladas de piel y entrañas sin tiempo de siestas
O sosiego. Debí comprobar el territorio limpié
Malezas dibujé horizontes alternando miradas
Para que un cambio floreciera en forma vertiente
Y relectura. Para esto escribí leí viví entregando.
(c) Carlos Enrique Cartolano. De Negro de hueso, 2012
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