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17 de marzo de 2012

Poemas de Valeria Cecilia Pariso

 
 
 
Valeria Cecilia Pariso nació en Buenos Aires, Argentina, en 1970, poeta y narradora de cuentos, ejerce su profesión de abogada conjuntamente con la de escritora. Publicó varias antologías conjuntamente con otros autores, entre ellos “II Colección de Autores Contemporáneos – II Certamen de poesías, cuentos y cartas de amor” Editorial Embajada de las Letras; “Poesía encontrada” – antología selección de César Melis- Editorial Dunken, en el año 2007; “Vuelo íntimo” –poesía/Selección de Marta Mutti- Editorial Dunken, y “Lunario” –antología de cuentos selección de Ana Bisignani- Editorial Dunken- Año 2008.



TESTIGO

Yo sé que debajo de la silla
Que está en mi dormitorio
La silla que se llena de remeras
De papeles para ordenar mañana
Debajo entre las patas de la silla
Hay un hombre oscuro agazapado
Con los ojos más grandes que la boca
Mirándome dormir
Todas las noches.



SECRETO

No es que mi abuela fuese sabia
como un gato que guarda alguna vida
por si se cae trepando la ventana.
Tenía los dedos duros y doblados
Y los ojos marrones como nueces
Pero eso no hacía que supiese.
Mi abuela había aprendido de la tierra
Los laberintos que hacen las hormigas
Para guardar a salvo su alimento
Mi abuela hizo lo mismo con mi abuelo
Guardó algo de su amor
No lo dio todo
Y así sobrevivió sin sobresaltos.




DESEO

Ojalá tuviese
Una fe
Del tamaño de un puente
O de la Torre Eiffel
O de una enciclopedia.

No esta fe debatida
Medio enclenque,
Gateada.
Esta fe de miguitas.



CIMETIÈRE MONTPERNASE

Cuando en Montpernase
busqué a Cortázar
estuve entre las tumbas
y los árboles
era tan gris el día…
Usted ya sabe…
París es gris y qué…
hacía calor me acuerdo
busqué tanto
digo
no es fácil estar una mañana
en medio de la muerte
y sin francés
yo no sabía decir
Monsieur, où est le tombeau de Cortázar?
No había nadie
que entendiera ni un poco mi argentino
todas las tumbas al fin son tan iguales
Usted ya sabe
Son iguales, hasta que una ve la de Cortázar
Lisa como una cama recién hecha
Blanca,  como una barra de bar
de un bar de Montpernase con muchas putas

Y entonces no hay otra que dejarle
Sobre la barra blanca de la tumba
El boleto del metro, un cigarrillo
un papel blanco
y un lápiz sin usar, por cualquier cosa.



PARA QUÉ SIRVE UN ABANICO

Las mujeres que usamos abanico
lo usamos para volar ideas

la del sexo vuela en ocho
o en diez abanicadas.


Tomado de POESIA IBEROAMERICANA. http://alabanzasdeldesorden.blogspot.com.ar/

1 comentario:

Valeria Pariso dijo...

Gracias, Carlos, va un abrazo de poeta.