¡Ah el hombre que se marcha seguro
de los demás y de si mismo amigo,
y no cuida su sombra que el ardiente calor
graba sobre un descascarado muro! …
Eugenio Montale –Huesos de Jibia-
porque pueda escribir ahora este poema volverme ante
el espejo
plantar jirones de historia en la palabra vaciar virus vivir
permitir la trascendencia de otro y la demasía abrir
esclusas
jamás perder la llave aunque precisamente lleve copia
en el bolsillo
arder con la madera llamas de estatura escasa roblecer
hasta la noche
mentís de hacha brillo del filo porque entre tanto
mansedumbre de agua
y tarea de soles pieles del áfrica el ardor distante
presente al fin
baño de lunas breves rescate del árbol cinco dedos de visita bastan al cabello
tinturas del crepúsculo mientras recoja cascarilla de
amor tardes y fuego
© Carlos Enrique Cartolano. Del riguroso delirio
–Canal Montale-, 2013
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