aunque desvelado en lo oscuro
también te alcanzo y puedo verte
herramientas en reposo el martillo la pala
también libros a un lado del lecho señalan el norte
el amor dispone tareas arma su nido
aquí no hay fechas no amanece es continente
el océano entre cuatro paredes y todo el resto es
rumbo prendido a nuestras piernas
tampoco quedan canciones reconocibles o besos
que recuerdes o refresque somos del instante y sucede
en los peldaños el amor convida
se juega se sortea convocan hay trabajo no suertes
ni acertijos la intensidad monta coyuyos sus reflejos
iluminan fronteras de tu boca con la mía
tanto dolor cesante en licencias de amor el blanco
del papel junto a herramientas quietas el surco
advierte
brotan semillas del amor allí donde se toca
y tu mirada da sentido ubicación a cada cosa aria
vital
en tus manos siempre cuando sujetan al diálogo las
almas
contigo mecen velas llave y puerto
vivo en tu respiración en mi aliento existes alcanzan
tu color y aroma pistas de mi verso crudos océanos
silentes
en la caldera del amor ardiendo el astro reina
© Carlos Enrique Cartolano. Del riguroso delirio, 2013
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