Y sin que te disperses todavía bajo las lámparas del
día
¿Creerás que voy a todo lo que das? Glorias del tesoro
-había cofres en tu mirada-. Pero debo irme volver
Atrás por arenas del camino limpio de huellas siglos
Hace que llegué tan sólido era tu tiempo del abrazo
Las caricias la dicha sin tasa no se funden permanecen
Cuelan futuro en las pestañas. Noche de aperturas fue
anoche sin importar si sueños o velada rotos cerrojos
sumergidos en diamantes galanos de tu sonrisa laurel
Canela tu carne oro el vellocino que eché al cuaderno.
© Carlos Enrique Cartolano. De Leyes, 2012
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