También el corazón memoriza el movimiento: sismos
Pliegues de infancia o juventud llanura donde alguien
sopla
Huellas del camino. Los miembros reconocen y atávica
La cabeza recupera movimientos de crianza viola
candados
Anuda acuerdos que olvidó el conciente. Siente su
animal:
Pedaleras equilibrios atado del cabello ángulos del
cristalino
Maniobras de tránsito vueltas en la cama alturas pescantes
Largos de paso profundidad del grito apetitos horarios
Cada cual es copia de otro dueño. El amor nos ha
cambiado
Pero los cuerpos van inalterables de ellos son los
nombres.
© Carlos Enrique Cartolano. De Leyes, 2012
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