Interiores
amoldados a nuevos personajes: la mirada
Es de las
lecturas para este tiempo de prendas tendidas
Cuando no
resta deuda entre maxilares manos ni episodios
De piel
bajo la luna. La rebeldía entonces consistió
En elegir
el grito cuando la segunda opción era el silencio
Ése del
abrazo de Héctor que sólo amansó tiros o de la flama
Que
engordó lágrimas en Andrómaca después del abandono:
Sus
palabras de viuda prematura quebraron como el acero
Sin
fragua en escudos aqueos el destino derramó cantos
En Homero
y la rapiña resembró picadura en los cadáveres.
© Carlos
Enrique Cartolano. De Leyes, 2012
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