No sabía yo qué era despertarse con este cielo
Estrellado bien íntimo y que al mediodía
Te poblaran patos una laguna interior brillante
No sabía no como sé ahora evitar a toda costa
Las letrinas con moscas las manos enroscadas
El falso cuello de plástico. ¿Cómo iba a saber
Si yo no estaba a bordo del vagón si no tenía
Idea de cómo cabeceaba su morro la tormenta
Si el oleaje ceniciento no me arrastró a mí
Sino al hermano y a tantos amigos de pecho
Y generación. Vuelta de tuerca cuando sucedía
Lo peor: salir de ciudadano dejar-barrer-miradas
Internarse atado en selvas distancias y silencios
Como enredadera que hiere. Sólo nadas teclas
Tiempos vacíos calabazas huecas. Huesos y carbón.
© Carlos Enrique Cartolano. De Negro de hueso, 2012
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